Políticas

18/4/1996|490

‘Internas’ y ‘externas’ de los ‘servicios’ menemistas

Todo el mundo sabe perfectamente bien que en Argentina no existen hoy los ‘sectores golpistas’, porque todos los represores, malhechores, explotadores, entreguistas, burócratas, clericales, etc. (y también los ‘demócratas’, centroizquierdistas, el clero ‘social’, etc.) respaldan a la ‘democracia’ menemista. Por sobre todo, esta ‘democracia’ tiene el apoyo inconmovible del imperialismo mundial. El frente único de todos estos amigos del ‘sistema’ ha tenido muchas ocasiones de manifestarse, aunque para el caso recordemos su enfrentamiento contra el movimiento universitario que luchaba contra la ley de enseñanza superior o contra la Coordinadora de Desocupados de Neuquén.


De modo tal que nadie puede achacar las amenazas y atentados que se iniciaron luego del que sufriera el torturador Bergés, a alguna tentativa ‘golpista’ o ‘desestabilizadora’. Estamos en presencia de una acción de los ‘servicios’ de este régimen y al mismo tiempo de una ‘interna’ de los represores.


Tanto por las declaraciones de Corach como por las nunca desmentidas de un infiltrado de la policía en la llamada ORP, el atentado contra Bergés tiene todo el aspecto de ser una obra de los ‘servicios’, que combina el ajuste de cuentas con la provocación. Luego de la reivindicación que hizo el general Cándido Díaz de la represión de la dictadura, sin recibir sanción ni ‘amonestación’, estaba claro que el aparato del Estado respondería con una provocación a la manifestación de 100.000 personas del pasado 24 de marzo. Las divergencias entre el ala de Díaz y el ala de Balza son un factor de la nueva ola de amenazas y atentados y explican que Corach los atribuya a la derecha —en una manifestación de respaldo al comandante en jefe del ejército. Otro menemista, Alsogaray, no vaciló en respaldar a Cándido Díaz. Después de todo, la reivindicación de la represión ‘ilegal’ tiene que ser bien vista en un elenco político, incluido el gabinete, que cuenta casi por mitades con funcionarios de la dictadura.


En el fragor de comunicados, declaraciones y desmentidas, ha quedado al desnudo el nivel del espionaje oficial en los partidos políticos, algo que no mereció siquiera una mención de parte de los opositores. Hace más de cuatro años dimos a conocer desde estas páginas las circulares del ministerio del Interior que instruían a los aparatos represivos a infiltrarse en el PO y el anterior Mas. Es claro que esto se encuentra más vigente que nunca.


La seguidilla de amenazas y atentados corrientes debe ser una oportunidad para denunciar a los ‘servicios’  menemistas y su encubrimiento por parte de la ‘democracia’ y los ‘democráticos’, y de ningún modo para prestarle una solidaridad al régimen que los encubre y que los anima.