El régimen de Irán no pudo aprobar en forma el acuerdo con Argentina sobre la Amia, a pesar de su denunciado monolitismo. Lo tuvo que hacer un presidente que está saliendo, mediante el recurso criollo del decreto de necesidad y urgencia. La precariedad del método empleado permitirá poner marcha atrás al vencedor de las elecciones, que tendrán lugar en dos semanas, o confinarlo en el tiempo.

El recurso forzado de Ahmadineyad no solamente es testimonio de la oposición que tiene el tratado con Argentina en Irán. Es un intento último de salvar una alianza internacional con los países del Alba, e incluso con Brasil, que habría quedado en suspenso en caso de una ruptura con Argentina. Como es conocido, el chavismo enfrenta una situación política desesperante en Venezuela.

El mismo razonamiento se aplica a la situación en Medio Oriente, donde la intervención de Hizbollah en la guerra civil en Siria, por un lado, y los bombardeos de Israel, por el otro, ponen a Irán en un frente de guerra directo. Turquía se encuentra armando un corredor propio a partir del acuerdo de paz con la guerrilla kurda, que se explica por los convenios de explotación de petróleo con el Kurdistán iraquí y con las poblaciones kurdas en Siria. El desmembramiento de Irak, a partir de esta movida de Turquía y de la guerra abierta entre sunníes y chiítas iraquíes, es una posibilidad en caso de que la crisis en Siria desborde las fronteras. Irán quedará envuelto en esta crisis de modo inmediato.

El decreto del presidente en retirada está dictado por la necesidad de proteger una retaguardia, pero no cuenta con apoyo político. El acuerdo argentino-iraní por la Amia, no va para ningún lado. Lo que hay que hacer es abrir los archivos sobre el atentado en los países involucrados, y por sobre todo de la CIA y el Mossad.