IV Congreso Intersindical Patagónico: Se debatió el partido de trabajadores

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A diferencia del anterior Congreso Intersindical realizado en Viedma, que no permitió la participación de activistas y delegados de base que no estuvieran autorizados por las "conducciones orgánicas" de sus gremios, el congreso de hace 15 días en Río Gallegos contó con la irrestricta participación de activistas y trabajadores, sin menoscabo alguno para la efectividad de la reunión. Esto explica la ausencia de los representantes que dirige ATE a nivel nacional, partidaria a rajatabla de la “organicidad" sindical que es el pomposo nombre del burocratismo reglamentado por el Estado. El boicot de la dirección de De Gennaro al Encuentro traduce el agotamiento de las iniciativas que tenían por eje a la figura de Ubaldini dentro de la CGT de Azopardo. El Mas tampoco participó, alegando una “escasa representatividad” del Congreso, el cual solo le iba en menos al de Viedma por la ausencia de algunos burócratas que nada hacen. Si se lo mide con relación al activismo y a organizaciones de base, la reunión de Río Gallegos fue más "representativa" que Viedma, pues se hicieron presentes delegaciones de las provincias más australes de la Patagonia que no llegaron al encuentro anterior.
Resoluciones
El congreso resolvió por unanimidad llamar a la formación de intersindicales en todo el país, convocar a una jornada de protesta en la Patagonia y citar a un encuentro nacional de sindicatos, agrupaciones y trabajadores para el 17 de octubre en la Capital Federal, como fecha y lugar tentativos. Entre las resoluciones se condena no solo la reglamentación del derecho de huelga sino también la “autoregulación” planteada por la burocracia y que acaba de tener una manifestación práctica en el proyecto de ley de paritaria docente acordado entre Triaca y Mary Sánchez.
También se ratificó el criterio de que los próximos congresos se hagan con la participación abierta de los trabajadores.
Por una mayoría aplastante se resolvió lanzar una campaña para que los dirigentes de la CGT sean elegidos por la base, "a través de la elección de delegados por asambleas o del voto directo”, denunciando el “congreso burocrático e irrepresentativo llamado para el 17 de octubre". Esa misma consigna fue lanzada para las regionales patagónicas de la CGT.
Por una diferencia más estrecha, el congreso se pronunció por la consigna del “control de las empresas estatales por los trabajadores” en la lucha contra las privatizaciones.
¿Qué Partido de Trabajadores?
Hubo ponencias favorables a la formación de un "partido de trabajadores" en todas las comisiones en que se dividió el congreso En la sesión plenaria se resolvió por 45 votos a 35 “no considerar el tema en las resoluciones” —la votación se hizo en las horas finales del encuentro, cuando una parte de los 140 delegados presentes se habían retirado.
Se trató de todos modos de una votación confusa. Incluso las posiciones en favor de un PT tuvieron un distinto origen y carácter.
De un modo general el debate en el IV congreso reveló tres tendencias políticas. Por un lado, estuvo el bloque político formado por la "corriente político-gremial" que animan Alberto Piccinini (UOM Villa Constitución), Carolina Lister (ATSA Buenos Aires) y un sector del PC-Intersindical Matanza, ATSA Buenos Aires. Por el otro, estaba el bloque formado por compañeros del PC partidarios del "sindicalismo de liberación”. El tercer grupo lo integraban el PO, activistas independientes y, alternativamente, miembros del PC.
Piccinini planteó la unidad con la burocracia como una cuestión de estrategia, pues —sostuvo— “no tenemos enemigos en nuestras propias filas y éstos debemos buscarlos afuera, en el imperialismo". El ex dirigente clasista se pronunció por la necesidad de una “alternativa política" que tome distancia de los “partidos tradicionales” y de los “grupos iluminados”, a los que no vaciló en culpar de la “división del movimiento obrero" debido a su "sectarismo". Alertó contra los riesgos de una “lucha frontal" y señaló como tarea de la clase obrera “buscar respuestas inteligentes”, cuyo destino precisó otro de sus seguidores: batallar dentro del Parlamento y las instituciones, porque éste es el régimen que tenemos”. Éstos planteos denuncian la intención de someter a una parte del movimiento obrero al seguidismo político de la centroizquierda o de otros políticos pequeño burgueses que puedan emigrar como consecuencia de la crisis del peronismo. Piccinini vuelve a las andadas en su pretensión de formar un PI con componente obrero. Admirador de Lula pretende hacer una caricatura del PT de Brasil, y de copiarlo en su aspecto parlamentario, para ahorrarse las gigantescas huelgas y la formación de la Central Obrera, que permitieron la formación de la verdadera vanguardia que actúa en el seno del PT de Brasil.
“No es así, el enemigo está dentro de nuestras filas y es la burocracia sindical", fue la respuesta a Piccinini que plantearon varios delegados luchadores, varios alineados con el PC. “Más peligrosa que la CGT San Martin es la CGT Azopardo con Ubaldini a la cabeza-planteó un dirigente de la UOCRA— pues ésta se presenta tramposamente de nuestro lado y es también burocracia" lo cual fue recibido con una ovación. Estas y otras intervenciones fueron minando de modo concluyente la posibilidad de alumbrar un proyecto de PT controlado por burócratas y vehículo del carrerismo parlamentario de políticos en busca de clientela.
No es casual que a la hora de votar, Piccinini y Carolina Lister resolvieron abstenerse pretextando “no tener mandato”, retiro que fue acompañado por la intersindical de Viedma.
Las posiciones del dirigente de la UOM de Villa no impidieron al PTS hacer de cortesano, reclamándole a él y a Carolina Lister que se pusiesen al frente de la construcción del PT. Lamentablemente, no le reclamaron como condición que rompan con la burguesía y que terminen con la política de freno al movimiento obrero en sus sindicatos.
¿Qué tipo de frente?
Los dirigentes y activistas sindicales ligados al PC que impugnaron al bloque Piccinini-Lister por su política de seguidismo a la burocracia, impugnaron al mismo tiempo el planteo de un partido de trabajadores, esto porque entienden que la estrategia de la clase obrera debe ser la del “frente de liberación nacional”.
“No se trata de construir un partido obrerista sino un frente, porque no se trata de basarse sólo en la confrontación sindical" —planteó uno de sus oradores— “Los trabajadores solos no podemos llegar al poder, debemos insertarnos en un proyecto de liberación nacional"
Es evidente que este sector concibe al “frente" (cualquiera sea éste) como un partido o movimiento, al cual la clase obrera debe entrar sin fisonomía propia. No comprenden o no admiten que si el frentismo está planteado como táctica política y revolucionaria, ella redobla para la clase obrera la necesidad de un partido propio. La línea del frente en términos absolutos y de disolución en su seno de la clase obrera como clase, refleja la tendencia del PC en crisis a disolverse como partido en un movimiento de características nacionalistas.
El reclamo a las organizaciones obreras que luchan para que formen un partido de trabajadores no es sino una consecuencia necesaria e inevitable de la lucha por una dirección clasista y revolucionaria en los sindicatos
Perspectivas
Del IV Congreso Intersindical Patagónico puede decirse que ha sido un paso adelante con relación al III, pero que está condicionado por la inconsistencia política de la mayoría de sus protagonistas, que están enrolados en partidos o planteos que son tributarios del nacionalismo pequeño burgués. Para seguir avanzando, el sector obrero reunido en Río Gallegos deberá recibir un fuerte impulso exterior, que provenga de mayores y más sólidos contingentes proletarios.
Pero esto ya estaba claro desde el vamos.