Políticas

10/4/1997|534

Jornada de Movilización Nacional para ganar las luchas y acabar con el régimen delincuente

¿Qué delito oficial aún falta cometer?


El lunes pasado, los más altos funcionarios de la DGI y de la Aduana intentaron impedir la acción de una comisión del Congreso que está investigando la ‘aduana paralela’. Nombrados por exigencia del FMI hace menos de un año, estos burócratas no hubieran podido actuar como lo hicieron sino por órdenes directas de Menem. La Aduana ha sido y continúa siendo un ámbito privilegiado de negociados de los clanes de Menem (Yabrán) y Cavallo (Parino).


El ‘escándalo’ de la semana lo protagonizó el abogado de Amira Yoma y de Coppola, quien divulgó un video que pretende incriminar al juez encargado del caso Amia. La intención del abogado es evitar que el juez intente avanzar en la ‘pista de los comisarios bonaerenses’, a partir de algunas revelaciones aportadas por el detenido Telleidin. Se puso de manifiesto en este hecho el poder inconmovible de la ‘junta de comisarios’ que gobierna la provincia de Buenos Aires con la complicidad de Duhalde.


La ‘junta de comisarios’ es la principal comprometida en el asesinato del periodista Cabezas y en la legión de delitos que se cometen en el distrito duhaldista.


Por último, Menem está logrando avanzar con un proyecto de privatización de aeropuertos confeccionado a medida para Yabrán, toda vez que deja en pie el monopolio de éste sobre los servicios más rentables. Es comprensible, entonces, que Menem haya salido con los tapones de punta para oponerse a la designación de una comisión parlamentaria ‘anti-mafia’.


El clero, se ha vuelto a hacer saber, es socio de Yabrán en negocios postales e incluso en el lavado de fondos no declarados a la DGI.


Este régimen de las cuatro mafias (Menem, Duhalde, Cavallo, Iglesia) es el que pretende acabar con la lucha de los docentes y el pueblo de Neuquén, de los gráficos de Atlántida, de los investigadores del Malbrán, de los mecánicos de Fiat y Ciadea, de los metalúrgicos de Carrier y Siderca, de los trabajadores de la Corporación Médica del Sur. El combate de estos trabajadores representa entonces algo más que la defensa de sus derechos; representa también la posibilidad de acabar con el régimen político del robo, del crimen y de la impunidad.


Es necesaria, entonces, una jornada de movilización nacional que impulse el triunfo de los trabajadores en lucha y ponga en el banquillo de la acusación y la condena al régimen delincuente. Una jornada de movilización nacional que sirva para lanzar el paro general.


Ahora que la propia burocracia de la CGT asegura que no negociará con las patronales hasta que éstas no reconozcan el derecho al convenio colectivo, es más clara que nunca la urgencia del paro general. Que la CGT, la CTA y el MTA rompan sus compromisos con las patronales y convoquen a una jornada nacional de movilización y a un paro general.


Es con esta consigna que la izquierda debe encarar la acción por el 1º de Mayo. La situación política ha puesto objetivamente en el centro al régimen delincuente, de un lado, y a las crecientes y vigorosas luchas obreras, sindicales, populares y democráticas, del otro. El 1º de Mayo debe servir para impulsar una jornada de movilización nacional en apoyo de las luchas y para acabar con el régimen corrupto.


La izquierda tiene la obligación de conformar sin dilación un frente para las elecciones con el método de las elecciones internas, luego de que la oposición parásita ha demostrado su incapacidad para unirse contra el menemismo. La Ucr, con el apoyo de Duhalde, y el Frepaso, con el de Cavallo, se empeñan en que el pueblo sea derrotado por el régimen de las mafias, de los comisarios y del FMI.


Que el 1º de Mayo sirva para unir las luchas de los trabajadores e impulsar de inmediato el frente de la izquierda.