En las últimas horas la Secretaria de Salud Municipal de José C. Paz publicó el comunicado actualizado de la situación sanitaria del distrito. Las cifras son alarmantes, en tan sólo una semana se registraron 6 casos nuevos confirmados, dando un total de 11 infectados en lo que va de la pandemia.

Para los vecinos paceños no es ninguna sorpresa la expansión del virus. En el municipio gobernado hace alrededor de 20 años por el intendente pejotista Mario Ishii no se han garantizado ninguno de los requerimientos necesarios para evitar la propagación del virus.

Los límites de la cuarentena son materiales

Como venimos denunciando en PrensaObrera.com, en el distrito se hace insostenible la cuarentena. Al incremento de casos confirmados se suma el aumento de la desocupación. Según informes del Iindec, en diciembre el 40% de los habitantes de José C. Paz se ubicaba debajo de la línea de pobreza, y un 10% de la de indigencia, mientras que la desocupación oscilaba entre el 13% y el 15%. A su vez, la demanda en los merenderos y comedores populares, donde el Polo Obrero juega un rol organizativo importante, sigue creciendo; no obstante, las partidas alimentarias municipales y nacionales han sido recortadas.

En este contexto, una enorme masa de la población paceña no tiene más remedio que salir a la calle a ganarse el sustento. La reducción vehicular y peatonal ha sido de tan sólo de un 37% en lo que va de cuarentena obligatoria. Las calles del distrito siguen siendo un hormiguero. El Estado es el principal responsable de garantizar los recursos necesarios para que la población más vulnerable pueda sostener la cuarentena. En cambio, el intendente no sólo desboca que “puede haber 5.000 casos de coronavirus” frente a los vecinos que le critican su negligencia; sino que en señal de una completa incapacidad organizativa, a principios de mes, en plena cuarentena, puso en riesgo de contagio a 20.000 personas (en su mayoría jubilados) aglomeradas en las eternas filas de los bancos. Hoy vemos las consecuencias.

La crisis sanitaria persiste

El aumento explosivo de casos confirmados de coronavirus en el municipio bonaerense se encuentra en un contexto de crisis de larga data del sistema de salud. En los últimos años, el intendente Mario Ishii se ha paseado con sus fotógrafos cortando cintas de hospitales municipales de alta y media complejidad: sobre todos ellos caen constantes denuncias de sus trabajadores y vecinos sobre recortes presupuestarios, falta de profesionales y de insumos.

Mientras tanto, las salitas de atención primaria han sufrido enormes ajustes y son defendidas por sus vecinos ante los reiterados intentos de cierre que han sufrido en los últimos años. No sólo hay faltantes de médicos e insumos de limpieza, sino que los centros de salud no cuentan con las vacunas contra la gripe y ninguna de las aprobadas por el Calendario Nacional de Vacunación.

El embate a la salud no sólo es a nivel municipal. En el hospital provincial Mercante, el más importante dentro del municipio, los trabajadores de la salud denuncian la falta de camas, insumos y elementos de seguridad e higiene fundamentales para evitar la propagación del virus entre la primera línea de combate. El intendente y el gobernador provincial, Axel Kicillof, se estrechan las manos mientras recortan los presupuestos.

Los vecinos paceños necesitamos una salida

Para sostener la cuarentena los vecinos exigimos que el municipio cumpla, e incremente, con el refuerzo prometido en la entrega de alimentos y artículos de higiene para barrios, merenderos y comedores populares. Seguimos organizándonos por la necesidad de un seguro al desocupado de $30.000.

Es cada vez más evidente que es necesaria la centralización de la salud pública y privada en un comando único para defender la salud de los trabajadores. Llamamos a conformar comités de higiene y seguridad dirigidos por los vecinos paceños que tomen en sus manos el manejo de la cuarentena.