Políticas

21/3/2002|746

Jubilación Privada: Confiscan fondos de afiliados

La “pesificación” del llamado “préstamo garantizado”, una acreencia contra el Estado que habían suscrito las AFJP, borró de un plumazo 8.700 millones de pesos que habían acumulado en sus cuentas previsionales los más de 8,8 millones de afiliados al sistema. Los afiliados perderán el 35% de los fondos acumulados y la licuación puede ser mucho mayor aún si el dólar sigue en aumento.


Estamos ante una monumental confiscación del salario. La “pesificación”, sin embargo, no afecta en lo más mínimo los resultados de las aseguradoras, cuyos beneficios no provienen del “rendimiento” de los fondos sino de las comisiones que cobran a sus afiliados, del orden del 35% de los aportes. A las AFJP ni se les pasó por la cabeza recurrir a esos beneficios acumulados para compensar la pérdida que sufrirían los afiliados.


Las administradoras le han iniciado juicios al Estado por la “pesificación”; a la cabeza de la presión se encuentran las AFJP del Roberts (Máxima), el Citibank (Siembra), el BBVA (Consolidar) y el Santander (Orígenes). Que no lo hacen en defensa del patrimonio de sus afiliados lo revela la estafa que se ha destapado en Siembra, la AFJP del Citi (ver aparte). Los bancos están usando a los afiliados de las AFJP como excusa para obtener otras satisfacciones. Es que el decreto que “pesificó” el “préstamo garantizado” no afecta sólo a los ahorros previsionales: “también los bancos, las aseguradoras y los fondos comunes de inversión son tenedores de estos préstamos, que en total suman 52.000 millones entre títulos canjeados en dólares y en moneda nacional” (La Nación, 14/3).


De los aportes realizados por los trabajadores, el 35% se lo “comieron” las comisiones cobradas por las AFJP; otro 35% (o incluso más) se lo “comió” la devaluación y la “pesificación”. El régimen jubilatorio privado no sólo ha demostrado ser un régimen de confiscación del salario en beneficio del capital financiero, sino que ha creado una verdadera “bomba de tiempo” social: en enero sólo han ingresado los aportes del 30% de los afiliados, como consecuencia de la desocupación y de la evasión patronal. La perspectiva es un haber jubilatorio de miseria (“minúsculo” dice La Nación, 12/3) para sus 8,8 millones de afiliados.


Su nacionalización sin pago es una cuestión de vida o muerte para los trabajadores.


 


La estafa de las AFJP


Varios directivos de la AFJP Siembra (del Citibank) y de la sociedad bursátil Rabello han sido detenidos por estafa con los fondos previsionales de los afiliados a esa administradora. La maniobra era sencilla: por la mañana, los ejecutivos de Siembra ordenaban a Rabello la compra de determinadas acciones; si al cierre de las operaciones el valor de las acciones había caído, se inscribía como una operación realizada por Siembra y la pérdida se cargaba en el fondo previsional; pero si el valor de la acción había subido, no se registraba como una inversión de Siembra sino del Banco Privado de Inversiones. Desde allí, se “triangulaba” para repartir los beneficios de la estafa contra los 446.000 afiliados de Siembra entre el Citi, el BPI y la bursátil. La reglamentación y el control del organismo estatal encargado de controlar a las AFJP permitió que durante años se realizaran este tipo de tropelías.


Como cualquiera podrá suponer, esta es apenas una de las muchas estafas que las AFJP realizan contra el patrimonio de sus afiliados. “El caso de Siembra-Rabello-BPI es sólo el que más lejos ha llegado. Pero hay también otras maniobras y otras AFJP que están siendo investigadas” (Página/12, 12/3).


La estafa no es la excepción sino la norma, precisamente porque el régimen de la jubilación privada no fue creado para asegurar una jubilación a los aportantes sino para, como decían sus promotores, “fortalecer el mercado de capitales”. Es decir, llenar los bolsillos de los chupasangre financieros.