Hace unos días se conoció una reunión de Luis Juez, senador de Juntos por el Cambio, con Domingo Cavallo, de la cual también participaron los presidentes de los partidos que integran Juntos por el Cambio en Córdoba, Marcos Carasso de la UCR, Javier Pretto del PRO y Ernesto Martínez del Frente Cívico. El senador explicó que la reunión con el ex ministro de Menen y De la Rúa tenía como objetivo “mostrarle al empresariado que somos confiables, que queremos gobernar Córdoba con responsabilidad y que estamos dispuestos a abrir nuestro gobierno” (La Voz, 25/1).

Más allá del pasado menemo-cavallista de Luis Juez, la reunión se centró en el proceso electoral abierto en la provincia. El propio Cavallo expresó: “me vienen a ver casi todos, no solo Juez … Con Llaryora también me reuní, estuvo en mi casa. Somos del mismo pago. Y lo mismo con De Loredo o dirigentes nacionales como Macri, Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich” (Perfil, 29/1).

El ex ministro de economía de Menem y De la Rúa dice que todos quieren volver a un camino de “estabilidad”, y que es probable que las reformas que se producirán “tras el cambio de gobierno en diciembre de este año se parezcan más a las de los 90 que a las que prevalecieron a partir de 2002”. Las reuniones con Cavallo dejan más claro el lineamiento político y económico común de ajuste, privatización y precarización laboral que impulsan los políticos capitalistas que se candidatean para las elecciones provinciales.

El PJ viene gobernando Córdoba hace 22 años y ahora se juega a un recambio con Martin Llaryora como candidato a gobernador. Se trata de un aparato descompuesto que ha dejado a la provincia con los mayores índices de pobreza y desocupación del país. Para apalancar esa tarea, el oficialismo provincial anunció el lanzamiento de un espacio “anti grieta” con Juan Schiaretti como pre candidato a presidente, al cual solo se sumaron Rodríguez Saa y Juan Manuel Urtubey. Una táctica similar había utilizado De la Sota en 2015 cuando participó y perdió la interna con Sergio Massa, pero gano la elección presidencial en la provincia de Córdoba.  Asimismo, una performance nacional permitiría terciar, más tarde o más temprano, en la crisis política del país.

La otra carta que se juega el PJ es la división de Juntos por el Cambio, lo que ya sucedió en elecciones provinciales anteriores, incluso se habla de una nueva coalición con participación de intendentes radicales. Hasta el momento Juez y el aparato de la UCR han cerrado un acuerdo para ir por el gobierno, pero falta la definición de Rodrigo De Loredo, el radical que acompañó al senador en su triunfo de 2021. La “unidad” de la oposición está fogoneada por la burguesía del campo que pretende desplazar al PJ-Kirchnerismo del gobierno nacional y avanzar con un shock de reformas anti-populares.

Marginado completamente del PJ provincial, el Frente de Todos decidió presentar candidatos propios en la elección local. De las distintas ramas que lo integra, solo el sector de Caserio ha propuesto como candidato a Federico Alessandri, hijo del histórico dirigente delasotista. Esta candidatura viene a continuar el papel jugado en las elecciones anteriores, donde el PJ-kirchnerismo ubicó como candidatos a los viejos punteros peronistas. El intendente de Villa María y ex ministro nacional, Martin Gil, se mantiene al margen de este desarrollo, con la perspectiva de integrarse a las listas de Schiaretti. La carrera derechista que se desarrolla en Córdoba incluye por completo al kirchnerismo.

El programa de Juez o de Llaryora, significa seguir hundiendo al pueblo de Córdoba en la pobreza y en la indigencia, mientras los capitalistas saquean todas las riquezas de la provincia. Para terminar con esta situación insostenible para las mayorías populares, se tienen que ir todos los políticos que defienden esos intereses. A Domingo Cavallo lo echó la rebelión popular del 2001.

Para hacer frente a esos grandes aparatos patronales, es necesario poner en pie un gran movimiento popular con banderas de lucha, con banderas socialistas. En la provincia se han desarrollado masivas luchas obreras y populares que dan cuenta de un nuevo escenario. Solo para ejemplificar hay que mencionar las enormes movilizaciones piqueteras, las convocadas por la asamblea #NiUna Menos, o las huelgas docentes y de salud.

El Frente de Izquierda-Unidad debe tomar la iniciativa apoyando y convocando a las y los luchadores que vienen peleando contra el gobierno de Schiaretti, de los Fernández y la oposición macrista. Desde el Partido Obrero planteamos que el FIT-U convoque a un gran congreso abierto a nivel nacional, y también en Córdoba, para avanzar en ese sentido.

El próximo sábado 4 de febrero a las 10 horas, en la sede de Luz y Fuerza, realizaremos un plenario abierto para darle impulso a esta tarea principal. Vamos a proponer un programa ante la crisis para el pueblo trabajador, como así también designaremos los precandidatos que postulamos para integrar el FIT-U.  Por una salida de las y los trabajadores impulsemos al Frente de izquierda Unidad.