Políticas

23/6/2023

EDITORIAL

Jujuy es la Argentina

Del Jujeñazo al intento de polarización antiobrera. Escribe Claudio Del Plá.

Movilización Jujuy.

La imagen grotesca de los convencionales radicales junto a los del PJ votando la constituyente contra el pueblo, mientras afuera se producía una represión brutal sobre miles de manifestantes y estaban en desarrollo verdaderas puebladas que cortaban rutas en 22 puntos de la provincia, es la síntesis del abismo que existe en este país entre las aspiraciones de los trabajadores y los partidos capitalistas en todas sus variantes.

Como venimos exponiendo ampliamente en Prensa Obrera, en Jujuy hay una rebelión popular. Cuarenta y ocho horas después de la represión que se extendió durante unas seis horas en buena parte de la ciudad, siguieron los cortes en numerosas localidades, siempre sumando los reclamos populares: los salariales de todos los sectores, los de los desocupados, también los de los pueblos originarios y los pequeños productores. Una importante concentración se producía frente al penal esperando la liberación de los más de 50 detenidos y al mismo tiempo eran miles los docentes movilizados en el lugar donde se desarrollaba la paritaria de la docencia (en la que el gobierno tuvo que mejorar la oferta salarial), siendo que Gerardo Morales había jurado y rejurado que no iba a reabrir si la huelga no se levantaba. El paro sigue, la oferta está todavía lejos del reclamo que le dio origen, asambleas docentes discuten los pasos a seguir.

La rebelión jujeña se abrió paso como resultado de una fuerte iniciativa de lucha del Cedems (profesores de enseñanza media y superior), recuperado después de una larga batalla antiburocrática. También de la rebelión de las bases de Adep (primaria), que tiene una conducción alineada con la Ctera; la Unidad Piquetera; luego una intergremial; los mineros de El Aguilar; los pueblos originarios; los pequeños productores de la Finca El Pongo; etc. Se fue forjando un frente único en torno de los cortes de ruta en todo el interior, que coordinó y coordina acciones y suma reivindicaciones.

Estas movilizaciones confluyeron en una impugnación política a la reforma reaccionaria de Morales. Esta convergencia, que se plasmó en la consigna “Abajo la reforma, arriba los salarios”, fue preparada por una intensa agitación del Frente de Izquierda, tanto antes de las elecciones, como desde la propia constituyente. Sebastián Copello, que fue preso el año pasado por luchar contra el hambre enfrentando a Morales como dirigente del Polo Obrero y la Unidad Piquetera, participó en la constituyente como parte del bloque del FIT-U, denunciando su contenido reaccionario y llamando a enfrentarla en las calles.

La CGT tuvo que declarar 48 horas de paro provincial luego de la represión y la Ctera un paro nacional. La CGT nacional se reunió para expresar una declaración de compromiso pero no para llamar a paro nacional, porque le temen a la intervención de la clase obrera en su conjunto porque cuestionaría todo el edificio del ajuste y el frágil programa del FMI. Es necesario arrancar un paro nacional por Jujuy y por todas las luchas que recorren el país, contra el ajuste, por el salario y por todos los reclamos.

La lucha para que caiga la reforma reaccionaria de Morales le ha dado un alcance político general a la rebelión y ha dejado planteada la necesidad de echar al gobierno represor. El movimiento le impuso sucesivos retrocesos en su articulado reaccionario; primero a las modificaciones del sistema electoral para que se eliminen las elecciones de medio término y que el que gane se lleve la mitad más uno de los legisladores; luego los artículos referidos a los derechos de las comunidades originarias que fueron grandes protagonistas y también el que reforzaba al extremo el derecho a la propiedad privada, impulsando una legislación para hacer desalojos express de los sin techo.

La manipulación electoral de una pueblada

En una acción repugnante, desde Juntos por el Cambio y también desde el kirchnerismo han salido a manosear la causa del pueblo jujeño. Morales, Bullrich y Larreta dicen que en lugar de una pueblada lo que hubo es un intento de golpe, orquestado por los K y la izquierda. Son excusas para tratar de sostener que lo que hace falta es una salida de fuerza y un Estado represivo que ponga en la ilegalidad toda forma de protesta e imponer un ajuste que arrase con todas las conquistas obreras. Llegando al absurdo, imputan a los K como instigadores, siendo que votaron la constituyente, que son completamente ajenos a la lucha que está en desarrollo y aplican políticas igualmente represivas en las provincias que gobiernan. Mientras la Ctera, dirigida por ellos, firmó una paritaria nacional de $164.000 de inicial, $50.000 por debajo de la canasta de pobreza. Los docentes jujeños y los de una decena de provincias están peleando solos, tratando de alcanzar el costo de la canasta familiar.

Del otro lado, el Frente de Todos (ahora rebautizado Unión por la Patria), responsable de un fracaso completo, del sometimiento al FMI, de una superinflación y una enorme desorganización económica que nos vuelve cada minuto más pobres, ha tomado el caso jujeño para sacar chapa de democrático y popular. Para instalar la idea de que ellos son el único recurso para frenar a la derecha cuando le pavimentan el camino.

Rechazamos el planteo que levantan algunos sectores K de promover una intervención federal para reforzar discursivamente esta tentativa de polarización política. Ni deben, ni pueden. No deben porque el gobierno nacional es hostil a los reclamos del jujeñazo y sus reivindicaciones. No pueden porque Alberto Fernández no tiene la menor autoridad política para hacerlo y menos las mayorías parlamentarias.

Ambos bandos buscan manipular y distorsionar lo que está pasando en Jujuy porque lo que pasa allí puede pasar en toda la Argentina. Esta enorme intervención de los trabajadores, que tiene su antecedente inmediato en la enorme huelga autoconvocada de Salta, pone sobre la mesa una agenda obrera que es la de todos los trabajadores del país y choca de frente con todas las variantes capitalistas que se disputan la elección, incluida por supuesto la de Milei, la más antiobrera de todas.

Candidatos del ajuste y la mano dura

Ese en este marco del jujeñazo que una devaluada CFK no pudo evitar las Paso en el oficialismo. Colocó a dos ministros del fracasado gobierno de Alberto encabezando su fórmula: Eduardo “Wado” de Pedro Juan Manzur. Aunque al primero se lo presenta como el hijo de una generación diezmada, es más bien un símbolo de la generación cooptada que gobierna con el FMI. Es un promotor de una mayor entrega de los recursos naturales, viene de encabezar una misión oficial en Estados Unidos junto al embajador yanqui en Argentina, Morales y los gobernadores del PJ, para avanzar en la entrega del litio sin industrializar y por un miserable 3% de regalías. Condiciones que las mineras no consiguen en ningún país del mundo. Manzur es hombre de la Iglesia, enemigo jurado de los derechos de las mujeres, agente de los laboratorios y de los grandes negocios del citrus y los ingenios tucumanos. Massa, que comanda el ajuste del gobierno nacional, sería el senador por la provincia de Buenos Aires.

Por el lado de Juntos por el Cambio, Larreta anunció a Morales como vice para dejar claro que él también quiere mano dura, como Bullrich. Fracasó en la línea de armar un gobierno de más amplia base para aplicar el ajuste, con una “pata peronista”, incorporando a Schiaretti.

Milei viene de fracaso en fracaso en las elecciones provinciales, aliándose a distintas expresiones de la “casta política”, incluida la del Chaco del último domingo. El más resonante fue el caso tucumano donde fue una especie de “salvavidas de plomo” para Bussi, que estuvo muy por detrás de elecciones en las que fue solo. La desconfianza que despierta en la burguesía un eventual gobierno suyo en cuanto a la capacidad para ejecutar su política de arrasar con la “motosierra” los derechos de los trabajadores ha llevado a que sea cuestionado por una parte de los periodistas de la derecha. Comienza a discutirse si en este cuadro no está empezando a devaluarse.

Vamos por más jujeñazos, vamos con la izquierda que se planta

Nuestros compañeros del Polo Obrero y del Partido Obrero de Jujuy son importantes protagonistas de la rebelión en más de 15 localidades; están empeñados en que se formen comités de lucha y asambleas populares en cada pueblo e impulsando un encuentro de las organizaciones y trabajadores en lucha que prepare la huelga general hasta imponer todas las demandas de la población.

Para reforzar esta lucha viajaron a Jujuy Gabriel Solano, Romina Del Plá y Eduardo “Chiquito” Belliboni, además de Ileana Celotto, secretaria general de AGD-UBA y Valeria Filgueira, de Ademys, ambas de la Coordinadora Sindical Clasista. Toda una definición del contenido y la estrategia política que defenderemos en las Paso del Frente de Izquierda.

La izquierda que se planta es la que contribuye a una intervención independiente de la clase obrera y está en la primera línea de las batallas contra la represión y el ajuste capitalista. La que organiza el frente único de ocupados y desocupados que está siendo decisivo en el jujeñazo. La que organiza a los trabajadores para enfrentar la salida de fuerza que buscan imponer todos los políticos capitalistas y lucha por un gobierno de los trabajadores.

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