El precandidato a presidente del Frente de Izquierda Unidad por el Partido Obrero y MST, Gabriel Solano, criticó a los referentes de Juntos por el Cambio quienes, en conferencia de prensa, respaldaron el accionar represivo criminal del gobernador jujeño Gerardo Morales.

“El apoyo de Juntos por el Cambio a la violentísima represión de hoy tiene un sentido preciso: es la política que piensan llevar adelante en el caso de que lleguen al gobierno”, señaló Solano, quien apuntó contra los líderes de la oposición patronal al gobierno.

La conferencia de prensa de Juntos por el Cambio tuvo lugar este pasado martes 20, en horas de la tarde, cuando los heridos y detenidos por la violenta represión de Morales en Jujuy se acumulaban por decenas.

Entre los principales referentes del espacio participaron de la misma Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y José Luis Espert, entre otros, los que sostuvieron un discurso común de respaldo al gobernador y rechazo a la movilización popular, llegando al extremo de difundir un relato donde se trata de esconder la reacción popular contra el gobierno jujeño detrás de una supuesta conspiración kirchnerista.

Al respecto, Gabriel expresó que “la tesis absurda de Patricia Bullrich de que la rebelión en Jujuy es una conspiración del gobierno nacional no resiste el menor análisis. Lo que ocurrió en los últimos días en Jujuy es una respuesta popular contra una reforma reaccionaria que golpea a los trabajadores, las comunidades indígenas y el derecho a la protesta. La reforma de Morales no se podría haber llevado adelante sino con el apoyo del PJ jujeño, ellos son cómplices y responsables de lo que está pasando el pueblo jujeño”.

Detrás de la reforma constituyente reaccionaria se esconde la intención de avanzar con medidas contrarias a los intereses obreros y populares, algo que fue detectado por el pueblo jujeño, que se levanta y moviliza contra el intento de prohibir el derecho a manifestarse, y la entrega de tierras y recursos naturales a los capitalistas.

Para finalizar, Solano denunció que “es una definición de fondo de utilizar los métodos represivos contra el pueblo, sin vacilar en disparar a la cabeza de docentes, estatales o pueblos originarios. En lugar de responder a los justos reclamos de la docencia y otros sectores de trabajadores, el gobierno les mandó palos y balas”.

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