Políticas

6/5/2023

Kicillof vuelve a subirse al patrullero de Sergio Berni

“Policías en Acción”  en versión “nacional y popular”.

Aprovechó el egreso de 3400 cadetes para elogiar a la Bonaerense.

En campaña por la reelección, el gobernador bonaerense aprovechó el egreso de 3.400 cadetes de la policía provincial para deshacerse en elogios a la Bonaerense y para anunciar la formación de una “nueva fuerza”, especialmente entrenada para intervenir en las zonas calientes del Conurbano. El contrapunto con los gendarmes de Aníbal Fernández, que nunca llegaron a la provincia, es más que evidente. La crisis del Frente de Todos y del PJ se dirime también a puro enfrentamiento mafioso entre los podridos aparatos de “seguridad” que se diputan el control del territorio.

Tanto Kicillof como Sergio Berni se jactan de haber concretado “la mayor inversión de la historia” en el reequipamiento, armamento e inteligencia de la policía provincial, que sumaría a la fecha unos 95.000 efectivos. Este número importa mucho tenerlo en cuenta, porque en sus críticas a María Eugenia Vidal por haber “diezmado” a la Bonaerense, el dúo le achaca haber dejado al término de su gobierno a la “fuerza” con seis mil efectivos menos que los actuales, además de chalecos policiales vencidos y el parque automotor destruido. Si esto fuera así la pregunta es adónde fueron los recursos de los presupuestos provinciales 2021 y 2022, que consignaban la incorporación de 40.000 nuevos agentes en dos años. Kicillof y Berni están flojos de papeles.

La maldita policía de Berni es un verdadero agujero negro que se tragó los recursos de los bonaerenses , y que debe ser investigado a la luz de los propios informes oficiales.

Un orden contra los trabajadores

Bien mirado, el discurso de Kicillof excedió a los cadetes formados para la ocasión en Vicente López, y estuvo dirigido a congraciarse con una clase capitalista que maneja la agenda electoral y la torció hacia la derecha. Exagerando la nota, “Kici” calificó a la Bonaerense como el “sector de los trabajadores de Estado” que más salario perdió con María Eugenia Vidal, anunciando a continuación la triplicación del pago de las horas Cores y la cuadruplicación del monto en concepto de uniforme.

Chupándole las medias a Berni, el gobernador elogió a los uniformados que “dieron su vida por la comunidad en la pandemia”, omitiendo deliberadamente referirse al asesinato de Facundo Astudillo Castro a manos de efectivos de la Bonaerense, protegidos por el mismo ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.

¿Aproximación o cercamiento represivo?

Los 3.400 egresados de la Escuela Vucetich se integrarían a la llamada Fuerza de Aproximación Barrial (FAB), definida por el gobierno del Frente de Todos como un cuerpo altamente entrenado para el patrullaje de los barrios. Con una fingida preocupación social, Sergio Berni agregó que la FAB atenderá también situaciones relacionadas con la violencia de género, familiar, adicciones y salud mental. En realidad, el despliegue de esta Fuerza de Aproximación Barrial -en clara competencia con la Gendarmería y la Federal- no es una novedad y ya viene actuando en varios barrios sin que esto haya disminuido en lo más mínimo la cantidad de delitos.

Kicillof mira para otro lado frente al incremento de los delitos en la provinciaen un 10%, y en particular ante las agresiones sexuales y por violencia contra las mujeres y diversidades. Tirándole flores y cuantiosos fondos a la Bonaerense (también “completaron” su formación 500 conductores motoristas que son civiles asimilados para manejar los patrulleros) Kicillof se suma a la campaña de “Orden y Seguridad” que es el eje electoral elegido por toda la derecha. Un plagio de Patricia Bullrich, Joaquín De la Torre, Iguacel, Ritondo y otros reaccionarios por el estilo. “Kici” tiene en la figura del represor y autodefinido hombre de derecha, Sergio Berni, a su propio Milei o Espert.

La perorata sobre una “policía profesional” es puro encubrimiento del reforzamiento del aparato represivo. La “aproximación” de la FAB es parte de una política de represión social y cercamiento del Conurbano donde el 45% de la población se encuentra por debajo de la canasta de pobreza y un 9% no cubre las necesidades de alimentación básicas. Recientes informes del primer trimestre del 2023 sobre el índice inflacionario en los barrios populares indican que en los “comercios de cercanía” del Gran Buenos Aires la canasta alimentaria subió al 42,4%, y la canasta básica total trepó al 39,2%.

La Bonaerense de “aproximación” no tiene un cometido social sino de intimidación y represión a las luchas por el trabajo y la vivienda, en una situación que es cada vez más insoportable para el pueblo trabajador. Durante la pandemia la “eficiencia” de la corrupta policía provincial no estuvo dirigida contra los bunkers narco, sino contra las ocupaciones y recuperaciones de tierras baldías o destinadas para la especulación inmobiliaria.

Un cuerpo podrido hasta los tuétanos

La mayor cantidad de policías no resuelve la gravísima inseguridad ciudadana que asola las barriadas obreras. En un informe publicado en Prensa Obrera detallamos como aumentaron los delitos en la provincia de Buenos Aires en el 2022 al calor de la impunidad con que actúan las grandes organizaciones del delito y las bandas del narcotráfico que controlan los asentamientos populares con la protección de comisarios y punteros.

Para terminar con la inseguridad del pueblo hay que echar a los narcos de los barrios con la movilización y organización popular, poniendo en pie un cuerpo de seguridad ciudadano bajo control de las organizaciones de derechos humanos y populares.  La Bonaerense no puede ser reformada porque está al servicio de los capitalistas y de la represión al movimiento popular que lucha contra el hambre. Un programa contra la inseguridad ciudadana impone la apertura de los libros de las comisarías y el desmantelamiento de las cúpulas corruptas de la policía provincial. Fuera el represor Berni.