Políticas

22/7/2004|860

Kirchner mete la mano en los fondos de los jubilados

El gobierno de Kirchner quiere que en seis meses las Afjp registren los bonos que tienen en cartera a su precio de mercado (no como hasta ahora, que lo hacen al precio de emisión), sabiendo que ese cambio implica una disminución del fondo acumulado por los aportistas, que deberá afectar con certeza a quienes están más próximos a jubilarse.


¿Por qué tanto apuro?


Al momento del default, en el 2001, esos bonos del Estado sumaban 14.000 millones de dólares, pero cuando se registren a su precio de mercado se convertirían en 5.200 millones de dólares. O sea, una confiscación para los afiliados de 8.800 millones de dólares o 26.400 millones de pesos.


Esto no afecta a los empresarios de las Afjp, que ya se embolsaron las suculentas comisiones cuando recaudaron los aportes a un peso, un dólar.


¿Por qué el gobierno pretende que los bonos se recontabilicen a su valor de mercado, cuando desde la crisis del Tequila, en 1995, una parte o todos esos bonos están registrados por las Afjp a sus valores nominales, maquillando la realidad del default?


La razón del apuro la ofrece Clarín (20/6): “La contabilización de los bonos a valor de mercado sí resolvería un problema para el Gobierno. Bajaría la participación de los títulos públicos en la cartera general (de las Afjp) y habilitaría la incorporación de nueva deuda del Estado sin sobrepasar los límites de inversión”.


Teóricamente, las Afjp sólo pueden invertir hasta el 50% de los fondos en bonos del Estado. Hoy tienen el 65%. Esto si los bonos se toman a valor nominal, pero se convertirían en un 35% si se toman a precios de mercado. Los aportes que, de aquí en más, hagan los trabajadores podrían destinarse, de nuevo, a comprar títulos públicos. El gobierno utilizaría esa nueva deuda con las Afjp para pagar los servicios de la deuda externa, por encima de lo que permitiría el superávit fiscal.


Además de pagar esa deuda externa con el congelamiento de sueldos y jubilaciones y con mayores impuestos, los trabajadores la pagarán, de nuevo, con sus aportes jubilatorios. Menemismo en grado máximo de pureza.


La solución más simple y barata a la crisis de la deuda externa y de las jubilaciones, y conforme al interés de los trabajadores, es:


Desconocer la deuda pública y romper con el FMI. Los recursos que se destinan a la usura internacional pasarían a aplicarse al fondo de jubilaciones, el cual se usaría para la inversión pública y el trabajo bajo control de los trabajadores.


• Reestatizar el sistema previsional. Se eliminaría la intermediación parasitaria, fraudulenta y usurera de las Afjp.


• Establecer un sistema previsional único estatal, bajo el control de los trabajadores. El sistema funcionaría con aportes obligatorios de los patrones y garantizaría a los jubilados un haber mínimo hoy de 700 pesos mensuales y el 82% móvil.


• Fijar un salario mínimo equivalente al costo de la canasta familiar y reacomodar toda la escala salarial.