Políticas

16/3/2006|937

Kirchner "tropieza" con el pueblo argentino


La satisfacción kirchnerista por el acuerdo con Tabaré no duró más que el viaje de regreso de Santiago a Buenos Aires. La “solución” a la crisis de las papeleras fue pinchada por partida doble: en primer lugar, porque Tabaré acató enseguida la orden de los Batlle y Sanguinetti para cerrar filas con los pulpos papeleros. Pero, principalmente, porque los asambleístas entrerrianos percibieron que estaban frente a una nueva maniobra para levantar sus cortes. Gualeguaychú la desenmascaró, al reclamar que la suspensión de las obras por noventa días estuviera acompañada de una prohibición del tránsito de materiales hacia las pasteras. Ese mismo día, La Nación publicaba un mapa con las rutas marítimas que Ence y Botnia recorrerían para transportar sus equipos en el curso de la “tregua” propuesta por Kirchner. La estafa fue tan evidente que, en la asamblea de este lunes, los vecinos “terminaron bromeando y riendo sobre las expresiones presidenciales” (La Nación, 14/3).


 


La democracia de la calle


 


La cuestión de las papeleras ha vuelto a poner en el tapete la impotencia kirchnerista frente a lo que otro uruguayo, Julio Sanguinetti, llamó “la democracia de la calle, capaz de tumbar presidentes” (La Nación, ídem). De este modo, Sanguinetti quiso advertirle a Tabaré que en la crisis de las papeleras lidiaba con la Argentina de las asambleas y las rebeliones populares. Muy pocos días atrás, esa misma “democracia de las calles” se había llevado puesto al Tabaré porteño, por su responsabilidad en el crimen de 194 pibes. Este lunes, una pueblada campesina arrasaba con la municipalidad de San Vicente, en Misiones. Kirchner tropieza, a cada paso, con la impronta de la rebelión popular.


 


Las Heras


 


La muerte del policía Sayago es definitivamente un pretexto para llevar adelante detenciones en masa, con el propósito de golpear y amedrentar la lucha de los petroleros. También es una expresión de la brutal lucha interna en el partido oficial de Kirchner. Se ha llegado al extremo de detener a una decena de trabajadores de la misma empresa que, días atrás, había parado contra los despidos. ¿La militarización de Las Heras puede ser el ensayo de un “remedio” similar para Gualeguaychú, con la gendamería ocupando los puentes?


 


Castillo de naipes


 


El Hospital Francés está imponiendo una victoria. Es la victoria de un método de lucha de clases, que desechó todas las componendas que se ofrecían a los trabajadores en nombre de la fatalidad de la quiebra de la empresa.


 


Los aeronáuticos, técnicos y pilotos, por su parte, han retomado la huelga en un conflicto que mueve toda la estantería de las paritarias amañadas con el moyanismo. En subtes, los obreros rechazan ofertas de la patronal incompatibles con las reivindicaciones.


 


Frente a las huelgas y manifestaciones populares, el “armado” kirchnerista desnuda su inmensa fragilidad. En Las Heras, hasta el cura local y una concejal kirchnerista están denunciando la escalada represiva.


 


Las Heras, Cromañón, Entre Ríos, el Francés, aeronáuticos revelan los límites de la “borocotización” como método de gobierno, y de la cooptación de las direcciones sindicales como recurso para frenar las luchas obreras. El gobierno también fracasó en el copamiento del 30o aniversario del golpe militar. Los represores de los yacimientos del sur no pueden convencer a casi nadie para marchar con ellos en este 24.


 


La oportunidad


 


En este curso de luchas, no sólo está en juego un conjunto de reivindicaciones populares, sino una cuestión política de orden general. Para el gobierno de la “burguesía nacional”, la reelección depende de su capacidad de liquidar esta tendencia a la rebelión popular. Para el pueblo explotado, la victoria de estas luchas abre una perspectiva política obrera y socialista.