Políticas

9/10/2003|820

Kirchner y Lavagna confiscan los aportes previsionales

La ofensiva lanzada por el gobierno contra la jubilación privada, con el apoyo de todo el arco centroizquierdista, tiene un doble propósito: obligar a las Afjp a aceptar la pesificación de los títulos públicos que se encuentran en su poder (que corresponden a sus afiliados), por un lado, y lanzar, por el otro, una nueva reforma previsional. La pesificación significaría una reducción del 30-40% del fondo de cada trabajador; la reforma permitiría reducir el monto de las futuras jubilaciones.


No existe el propósito de eliminar o de reducir el negocio de la jubilación privada, ni de mejorar las jubilaciones estatales, sino el de consumar una nueva estafa contra las jubilaciones, y por esta vía (y con una nueva reducción de las jubilaciones) se pretende viabilizar el ahora inviable pago de la deuda al FMI y a la banca nacional e internacional.


Pesificación


Las pruebas están a la vista. Lavagna acusó de “inútiles” a las Afjp porque no aceptaron en su momento la pesificación de los bonos de los fondos de sus afiliados, contabilizados en dólares, como sí lo hizo la Afjp Nación. Según Lavagna, la quita de la deuda (75%) de los fondos de los afiliados de las Afjp será más perjudicial que la pesificación.


Como pasó con los ahorristas, la pesificación implica una quita inicial del 30% y, como los fondos quedan por otros 10 ó 15 años en pesos en papeles del Estado, podrían seguir depreciándose por nuevas devaluaciones. Toda la presión del gobierno kirchnerista y del centroizquierda apunta en esa dirección; inclusive amenazan, para conseguirlo, con permitir que los afiliados a las Afjp puedan pasarse al Estado. En este caso, lo acumulado en el fondo del trabajador seguirá en la Afjp y los nuevos aportes ingresarían al Estado. De este modo, “los afiliados de las Afjp que vuelvan al régimen estatal no zafarían de la quita de la deuda…” (Clarín, 3/10).


El gobierno también se lanzó a promover la Afjp Nación. Argumenta que al aceptar la pesificación resguardó los fondos de los trabajadores, cuando en verdad aceptó una quita del 30%. La Afjp Nación no es una Afjp que defienda los “ahorros previsionales”: cobra la misma comisión que las Afjp privadas y el fondo del trabajador está sujeto a la misma desvalorización que el resto. Por eso, no se opuso judicialmente a la compra compulsiva de Letras del Tesoro (Letes) ordenada por Cavallo a fines de 2001, y también por eso pesificó luego sus activos y pasivos, siguiendo las directivas de Lavagna.


El centroizquierda se sumó con todo a esta presión. María América González (Ari), con el apoyo de Jorge Rivas (IU-PS), presentó un proyecto de ley que obliga a las Afjp a poner en el fondo del trabajador la diferencia entre el valor del bono pesificado y el que surja de la quita de la deuda, suponiendo que este último valor será menor. Lógicamente, de sancionarse este proyecto, las Afjp aceptarán la pesificación, para evitar pagar la diferencia. La propaganda centroizquierdista es una presión adicional a favor de la pesificación, es decir, de la desvalorización de los fondos.


La Cta, como no podía ser de otro modo, se sumó a esta ofensiva confiscatoria. “Lo que también corresponde decir – plantea la Cta en el documento Disolver el régimen privado de jubilaciones (2/10) – es que, a diferencia de lo que ha pasado con la negociación oficial, los fondos de las administradoras deben ser pesificados. Nosotros no podemos seguir manteniendo una discusión que supone que el Estado argentino debe devolver dólares o que la discusión del régimen previsional deba hacerse en dólares”. Pero la Cta no plantea pesificar la deuda con el FMI o con los bancos, sino exclusivamente los fondos previsionales. Sin embargo, pesificar los fondos en manos de las Afjp significa hacer recaer la devaluación sobre los futuros jubilados. Implica, además, el mantenimiento del régimen de la jubilación privada, dicho esto en un texto que reclama, mentirosamente, la disolución de la jubilación privada.


Carlos Heller, del Credicoop y de la Afjp Previsol, en cambio, apoya la quita de la deuda lanzada en Dubai, porque – dice – “es diferente de los tradicionales ajustes admitidos durante el auge de gobiernos abiertamente neoliberales” (declaración de Apyme). Avala así la operación de rescate del FMI y de la banca con sede local, cuyos títulos no tienen quita. En relación a las Afjp, “Previsol ve la salida con un bono par” (sin quita) (Infobae, 30/9), algo que sabe que Lavagna no le va a dar. Lo que le importa a Heller es que continúe el negocio bancario de la jubilación privada, de la que participa directamente a través de Previsol.