A mediados de año, la prensa informó del descontento de Kirchner con su colega brasileño que le retaceaba apoyo en las discusiones con el FMI. El santacruceño llegó a bromear sobre “el parecido de Lula con Menem”. Claro que poco después Kirchner firmó un pacto con el Fondo similar al de Brasil.

Pero hay más, porque en una reciente reunión calificada como “técnica”, en París, “la delegación argentina declaró que respetará los tratados bilaterales de inversión (TBI) que firmó (Menem) en la década pasada” (La Nación, 16/12). Los más de cincuenta TBI firmados por el riojano son un modelo del tipo de acuerdo que Bush exige para el Alca en materia de inversiones. Exactamente por este motivo “Argentina y Brasil no logran ponerse de acuerdo sobre cómo negociar el Alca” (Clarín, 16/12), ya que los hombres de Kirchner aceptan la inclusión de los TBI. “Brasil, en cambio, nunca aceptó los acuerdos de protección de inversiones que abre las puertas para que las multinacionales exijan abultadas indemnizaciones ante un cambio en las condiciones económicas… y condicionan el margen de autonomía de los gobiernos” (ídem). Los representantes argentinos, a su turno, ofrecen los TBI a cambio de “concesiones para el ingreso de productos industriales y agrícolas en los EEUU”. La UIA y Techint ya dijeron que más allá del Mercosur buscan una “relación privilegiada” con los yanquis.