Políticas

8/5/2017

La agresión al fiscal Cartasegna y una causa de consecuencias impredecibles


El fiscal Fernando Cartasegna sufrió un tercer ataque, ahora en su despacho del edificio de Tribunales de La Plata. Los facinerosos ingresaron aparentemente por una ventana, le hicieron un simulacro de ahorcamiento, le escribieron o lo obligaron a escribir con azúcar la palabra “Nisman”, lo ataron y se fueron tranquilos. Ese edificio, un laberinto kafkiano, tiene en sus pasillos policías a cada paso y personal de seguridad privada. Cartasegna tenía, además, custodia personal, y él mismo decía que ese lugar era “uno de los más seguros del mundo”. Esto es: las mafias que lo atacaron le dejaron un menaje simple: “Vos no estás seguro en ninguna parte”.


 


Cartasegna, fiscal de la Nación y titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 4, de Delitos Conexos con la Trata de Personas y la Pedofilia, tiene entre manos la causa de los sobres con coimas para policías de la provincia de Buenos Aires, por la cual están detenidos varios comisarios y otros oficiales de la fuerza; además, lleva el caso de los curas pedófilos del instituto Próvolo, protegidos manifiestamente por la Iglesia argentina y la mafia vaticana.


 


El sábado 29 de abril Cartasegna había sido golpeado en la calle por dos hombres y una mujer que, entre otras cosas, le gritaron: “No te metas con nosotros porque sos el próximo Nisman”.


 


La llamada “causa de los sobres” estalló en abril del año pasado, cuando una delación interna –hablamos de una fuerza desgarrada por peleas de perros entre camarillas delictivas− hizo que aparecieran 36 sobres con un total de 153.700 pesos en la oficina del entonces secretario del jefe departamental de La Plata, Darío Camerini.  Más allá de lo exiguo del monto dinerario, puesto que la corrupción policial es, como se sabe, multimillonaria (tanto que alimenta gran parte de la actividad de los partidos patronales) aquella causa tuvo (tiene) la importancia de abrir una compuerta de consecuencias impredecibles sobre las cajas negras policiales y sus vínculos con el poder judicial y político. Esa causa está en manos del fiscal Marcelo Martini, quien pidió recientemente la elevación a juicio oral de todos los imputados, pero una de sus derivaciones terminó en el despacho de Cartasegna. No se trata, conviene insistir, de una causa menor, puesto que devela el entramado de complicidad de la Bonaerense, jueces y políticos con el narcotráfico, la trata de personas, las zonas liberadas, los desarmaderos de autos robados y el juego clandestino, entre otros rubros.


 


Esto sucede, además, cuando acaba de ir preso el jefe de la “nueva” Policía de la Ciudad en la Ciudad, José Potocar, por la misma razón: la protección policial al delito organizado.