Políticas

25/11/1987|208

Conferencia de ejércitos

La Argentina democrática plantea abolir el derecho de asilo

La Conferencia de Ejércitos Americanos concluyó con la aprobación “por unanimidad” del documento presentado por el Ejército argentino para combatir las “nuevas formas de injerencia del comunismo en América Latina” (La Nación, 18/11). Como las FF.AA. están “subordinadas” al poder civil, la autoría de la propuesta argentina pertenece al mismísimo Alfonsín.

El documento plantea una mayor integración de los ejércitos con el Pentágono, a través de la formación militar en las escuelas militares yanquis y el aprovisionamiento de material bélico, esto para hacer frente “a las nuevas formas de penetración marxista. Sostiene que se deben realizar “acciones coordinadas de inteligencia” por parte de los “servicios” de todo el continente y postula “la intervención de las Fuerzas Armadas cuando las de seguridad sean superadas y la magnitud de la guerra revolucionaria alcance una fase que indique la conveniencia de su participación” (La Prensa, 20/11). Finalmente, se pide la derogación de los derechos de refugio político a través del impulso de “la extradición de los terroristas” (ídem).

Que el gobierno argentino haya sido el inspirador de este documento revela cuán lejos ha ido en su integración a la estrategia de “seguridad continental” del imperialismo yanqui. Mientras tanto, los democratizantes siguen elogiando el proyecto de ley de Defensa, porque supuestamente ésta no plantearía la intervención de las FFAA en los conflictos internos, cuando ese proyecto fue aprobado en comisión por radicales y justicialistas, sobre la base de que “el delicado terreno de los conflictos internos que pongan en peligro la estabilidad institucional será abordado, según el acuerdo político, en otra ley que ingresará al Congreso bajo el título 'Preservación de la paz interior’" (Ámbito, 18/11)

La Conferencia contrarrevolucionaria de Mar del Plata ha servido para que el gobierno argentino estreche vínculos con el Pentágono y con los dispositivos militares del continente. A partir de aquí vendrán de nuevo los "operativos conjuntos”, el adiestramiento en la escuela de contrainsurgencia de Panamá y los créditos para el presupuesto militar.

La burguesía democrática revela con todo esto que está subordinada a la estrategia del imperialismo, a la que pretende “racionalizar” mediante los "mecanismos institucionales de la democracia". Pero el orden político burgués no está atado a leyes; éstas surgen y desaparecen en función de las necesidades del capital y aun así, éste no titubea en mofarse de las “instituciones" para preservar el andamiaje capitalista mediante los golpes militares.

El alfonsinismo mostró en Mar del Plata su más completo agotamiento como alternativa democrática y su capitulación ante el Pentágono norteamericano.