La Asociación de Actores con la especulación inmobiliaria

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Conflicto en el Teatro IFT
Hace unos días, Alejandra Darín -presidenta de la Asociación Argentina de Actores- fue entrevistada en el programa radial "Atando cabos", conducido por Luisa Valmaggia (AM 770), para que explique la posición del sindicato sobre el conflicto del Teatro IFT.
El IFT, un teatro independiente con 82 años de historia, se encuentra cerrado desde principios de año y sus trabajadores despedidos. Está en marcha una reforma que incluiría la construcción de cocheras subterráneas y un edificio de hasta "7 u 8 pisos", según el proyecto que la Comisión Directiva presentó el 5 de marzo en la asamblea del teatro. Este proyecto, por un lado, destruiría la sala 1 (una de las pocas, en América, que posee piso giratorio) y, por otra parte, lo convertiría en un teatro comercial.
La titular del Sindicato de Actores manifestó el apoyo del gremio al proyecto. Asimismo, atacó a aquellos teatristas que hemos salido a defender al Teatro IFT, sus trabajadores y artistas, con el argumento de que hay "intereses políticos partidarios con proclamas demagógicas", dijo en un vano intento de presentar un proyecto inmobiliario como un hecho cultural. El Sindicato de Actores tiene una postura política tomada, pues se alinea con la CTA K de Hugo Yasky. El sindicato K fomenta la política urbano-inmobiliaria del macrismo.
La Comisión en Defensa del IFT y el Teatro Independiente, por su lado, reclaman su reapertura inmediata, la reincorporación de los trabajadores y que la Legislatura porteña lo declare patrimonio cultural para frenar las obras.
El jueves 20 de marzo hubo un pacto entre los bloques K y PRO en la Legislatura porteña para votar un apoyo sobre tablas al proyecto inmobiliario. El rechazo a la politización esconde la peor política.
Los partidos tradicionales han votado en conjunto en la Legislatura todo un paquete de leyes de orientación privatista y mercantilista (Autarquía del Teatro Colón, Distrito de las Artes, Master Plan del Teatro San Martín, entre otros) que sacrifica la cultura y a los trabajadores de la misma.
El conflicto del IFT ha dividido las aguas. Los artistas no queremos un sindicato de la patria inmobiliaria, sino uno que defienda nuestros derechos.