Según un ex secretario de Energía radical, hace falta invertir 3.500 millones de dólares anuales para que la infraestructura energética pueda abastecer la demanda (Infobae, 13/6). Los fideicomisos destinados al gas y la electricidad administran más de 7.000 millones de pesos anuales, dos tercios de esas necesidades. Sin embargo, la infraestructura energética es tanto o más precaria que en 2001. Ante este fracaso, el gobierno ha salido a buscar un nuevo plan: el endeudamiento masivo con el exterior. “El Gobierno apura préstamos de organismos internacionales para esquivar la crisis energética. De los 6.000 millones de dólares que se esperan recibir el año próximo del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 70%, unos 4.200 millones de dólares, irá destinado a la producción de energía” (El Cronista, 31/5).

También se discute el uso de las reservas de divisas en poder del BCRA para financiar las necesidades energéticas.