Políticas

2/11/2022

La caída de reservas en octubre y el horizonte sombrío

Se prevé menor ingreso por exportaciones debido a la sequía.

Banco Central.

El oxígeno que le aportó el dólar soja a las reservas durante el mes de septiembre ya se está disipando y el Banco Central  vuelve a enfrentarse con las mismas dificultades para atesorar divisas que padecía previamente. Lo anterior no solo pone en riesgo el cumplimiento de la meta del FMI en materia de reservas, sino que además, defrauda las expectativas del gobierno que pretendía postergar lo más posible una devaluación abrupta.

Sin ir más lejos, el Banco Central finalizó octubre con un saldo negativo de U$S 498 millones. Por un lado, como era de esperar, el capital agrario volvió a la carga con la retención de la cosecha una vez finalizado el beneficio del dólar soja; se estima que hay 10,6 millones de toneladas de soja y 7 millones de maíz sin vender, el equivalente a U$S 8.500 millones. Las liquidaciones del sector se desplomaron en octubre un 85% intermensual y un 49% respecto al mismo mes del año pasado, según los datos de la la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC).

Por otra parte, en octubre la devaluación del yuan provocó un retroceso de U$S 80 millones en las reservas, y, a su vez, la autoridad monetaria debió vender dólares para que Tecpetrol (del grupo Techint) cancelara un vencimiento de deuda por U$S 500 millones. Esto último refleja cómo el pago de la deuda privada es un factor de fuerte drenaje de divisas para el Banco Central, sin embargo, no se realiza ningún tipo de investigación de la misma permitiendo que los empresarios continúen recurriendo a los autopréstamos como mecanismo de fuga. Además, estamos hablando de la multinacional Techint que cuenta con dólares propios para afrontar sus compromisos de deuda, sin embargo, en un 40% utiliza los del BCRA -que obtiene al precio oficial- horadando sus arcas.

Sobre llovido mojado, ya que el gobierno comenzó noviembre desembolsando U$S 529,6 millones en concepto de intereses al FMI, sobre los cuales rige la sobretasa usuraria y no son cubiertos con los giros del organismo. Hasta la fecha, el pago de intereses al Fondo implicó un gasto de U$S 5.750 millones, de los cuales 2 de cada 3 dólares corresponden a los cargos y sobretasa. Bajo el gobierno de Macri se cancelaron U$S 1.381 millones y U$S 4.369 millones durante la gestión del Frente de Todos.

Con todo, el gobierno aceleró el ritmo devaluatorio en octubre. La suba del dólar oficial fue del 6,51%, la más alta de los últimos 38 meses que sin dudas acarreará efectos inflacionarios. Finalmente, la diversificación de los tipos de cambio que vimos en el último tiempo, con el surgimiento del dólar Qatar, el dólar Coldplay, dólar tecno, etc., no alcanzan para contener una devaluación cuando lo que predomina es quiebra estatal. Por el contrario, ofician como desdoblamientos que alimentan las expectativas devaluatorias. Lo mismo vale para el nuevo “dólar turista”, creado en función de captar los dólares provenientes del turismo internacional, ofreciendo una cotización más alta (equivalente a la del MEP); una iniciativa que ya fue aplicada en otras oportunidades sin ningún resultado.

Las restricciones cambiarias son cada vez más duras para los trabajadores, mientras que las patronales tienen mucho más acceso al dólar oficial -tanto los importadores como los exportadores que gozan de regímenes cambiarios especiales como las mineras y las tecnológicas- lo cual les permite hacer enormes negociados con la brecha cambiaria, subfacturando exportaciones y sobrefacturando importaciones por ejemplo, quedando cubiertos frente a una devaluación. Al igual que los tenedores de bonos del Tesoro indexados al dólar, que, dicho sea de paso, fueron los más ofrecidos en la última licitación de deuda.

Cabe mencionar que el horizonte no es para nada alentador. Debido a la sequía, el 52% del trigo sembrado está en condiciones malas y regulares, y, según los cálculos, eso representará una pérdida de U$S 3.500 millones. Por la misma razón, la siembra de maíz es la más atrasada de los último 25 años. Un panorama negativo para las exportaciones que afectará enormemente al saldo comercial del país. Sumado a esto, el Banco Central le debe a los importadores U$S 10 mil millones por compras realizadas en el exterior entre enero y septiembre.

Lo cierto es que no hay manera de revertir la crisis de reservas sin terminar con la fuga de capitales imperante, bajo sus diferentes formas. En los primeros nueve meses del 2022, la misma (formalmente conocida como formación de activos externos) totalizó los U$S 881 millones, lo cual evidencia el fracaso del cepo a la hora de detener esta sangría. Resulta fundamental ponerle fin y para ello es necesario nacionalizar bajo control obrero los resortes económicos como la banca y el comercio exterior, romper con el FMI y rechazar el pago de la deuda usuraria.

 

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