Políticas

29/9/1994|428

La Caja del Banco Provincia es superavitaria

Un mes atrás, el directorio del Banco Provincia de Buenos Aires resolvió no poner un peso más en concepto de “aportes especiales” a la Caja de Jubilaciones del personal del Banco. Ahora, acaba de anular el pago de la primera cuota del “adicional” (un sueldo extra), con el pretexto de “diferirlo y pagarlo todo a fin de año”. Detrás de estos golpes está la decisión política de liquidar el 70% móvil y otras conquistas jubilatorias, argumentando que el Estado no puede hacerse cargo del “quebranto” de la Caja.


Para las autoridades del Banco, de la Caja y aun la propia Comisión Gremial Interna, existe un déficit anual de 38 millones de dólares que amenazaría destruir el sistema. A partir de este diagnóstico, la “salida” preconizada por las autoridades y difundida por la CGI sería un auxilio financiero del Banco y, por sobre todo, el recorte generalizado de beneficios jubilatorios (ver “Bancarios del Provincia” y “Circular Rebelde”, agosto ’94).


ESTE DIAGNOSTICO, ESTOS NUMEROS Y ESTAS CONCLUSIONES SON FALSAS. El Banco y la CGI presentan un balance mutilado. “La relación activo-pasivo —dicen— está hoy situada en 1,2 a 1,… 12.500 activos contra 10.000 pasivos” (publicación de la CGI). Pero cuando se hicieron los aportes de los que hoy deben jubilarse o ya lo están, es decir cuarenta, treinta, veinte años atrás, la relación activo-pasivo era de 5 a 1, 4 a 1, 3 a 1, por lo cual la Caja tuvo inmensos superávits anuales, que hubieran debido capitalizarla enormemente. Los sueldos y aportes reales de los que hoy están jubilados triplicaban el nuestro  (además de los otros ingresos que por ley corresponden a la Caja, como los “intereses, beneficios y dividendos procedentes de sus inversiones”, o el producido de la Sección Seguros).


¿Dónde están, entonces, los superávits capitalizados de los últimos cuarenta o cincuenta años? Los actuarios del Banco o de la CGI nos muestran una fotografía de un mes o un ejercicio, o de algunos ejercicios anuales con déficit (lo que tampoco es cierto, como veremos más adelante), pero ocultan la película de los inmensos superávits acumulados año a año y que hoy deberían hacer de la Caja una potencia financiera.


¿Dónde está cada peso puesto desde el primer mes de aporte, a su valor real, hace cuarenta años, más su capitalización anual (3% real por año promedio, según el propio informe del Directorio)? El superávit proveniente de estos aportes (más los otros ingresos) financian con exceso las jubilaciones y pensiones de hoy. Es decir, los 10.000 pasivos ya tienen asegurado su monto jubilatorio del 82% móvil con aquellos aportes. No dependen de nuestro aporte de hoy, el cual, en todo caso, deberá financiar nuestra jubilación futura.


La CGI comete un grave error cuando plantea que debemos “defender un sistema de reparto solidario” (Informativo Nº10),  porque esconde que la Caja de Jubilaciones del Banco no es un sistema de reparto sino un sistema de capitalización colectivo; es decir que los aportes pasados no se repartieron sino que se capitalizaron, y que esa plata está en algún lado, o en todo caso es una deuda real con los que deben jubilarse. No es cierto que se reparta todo lo ingresado entre todos los jubilados y pensionados, porque el trabajador que se retira recibe sólo un porcentaje de su salario, no un porcentaje de los ingresos de la Caja en un mes determinado.


La trampa consiste en que la relación activos/pasivos de hoy no tiene ninguna importancia. Lo que importa son los aportes de décadas y su capitalización. Ni “déficit”, ni “colapso”, ¿dónde están los aportes?


¿Hay déficit en la actualidad?


Veamos estas cuentas:


1.La Caja recibe el 45% del sueldo de cada trabajador (20% de aporte directo, 25 % de aporte a cargo de la patronal), quizás el aporte más alto respecto a cualquier Caja en funcionamiento.


2. El aporte es, en realidad, del 50%, porque entre las fuentes de financiamiento de la Caja figura “el importe del primer mes de sueldo del personal a su ingreso al banco” y el aporte proporcional por horas extras.


3. Desde hace dos años y medio los jubilados aportan el 12%, lo que hace que al día de hoy, el aporte sumado del activo y el pasivo a la Caja llegue al 55%.


Una cuenta elemental, sólo considerando un nivel de aporte del 50%, revela que los 12.500 trabajadores activos del Banco cubren en un año 6.250 haberes jubilatorios al 100%. Pero como nuestros jubilados cobran un 70% y sus viudas/os aproximadamente un 50%, tenemos un beneficio promedio del 60%, casi equivalente al monto del aporte de los activos (sin considerar lo que se sustrae a la Caja por pagos en negro, lo que debería ingresar por las “inversiones” actuales e históricas de sus recursos o el ingreso por la Sección Seguros).


Pero además, el informe de las autoridades sobre la “situación económico-financiera de la Caja” omite decir puntualmente el destino de los millones de dólares que se van en “gastos de explotación” y que no se aplican al pago de los haberes jubilatorios. Esta es también una de las claves del supuesto déficit.


Nuestros aportes están en el “holding” del Banco Provincia


Los trabajadores y jubilados del Banco Provincia son absolutamente ajenos al manejo de la Caja. La dirección de la Caja está en manos de siete funcionarios, entre los cuales figura el Presidente del Banco, que tiene voto en caso de empate y tres vocales nombrados por el Directorio del Banco Provincia. La Caja depende del Banco. Nuestros fondos están allí o repartidos en el “holding del Provincia”.


Llamamos a levantar el único programa “realista” ante el desfalco de la Caja: a) ningún recorte a los beneficios jubilatorios, b) que el gobierno y la Caja pongan la guita de nuestros aportes, de su capitalización y los otros ingresos comprometidos, c) que la Caja esté bajo control directo de los trabajadores y jubilados, d) no a los pagos en negro, que se reconozcan las categorías, e) por la defensa a muerte del 82%, que es un derecho adquirido, f) por la reposición de la Sección Seguros.


El PARTIDO OBRERO llama a defender la Caja y sus conquistas, a organizar asambleas y un congreso abierto de delegados, trabajadores y jubilados de toda la provincia para quebrar el intento del gobierno.