Políticas
14/10/2016
La Cámpora usurpa la memoria de Mariano
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Para el sexto aniversario del crimen de nuestro compañero Mariano Ferreyra, el 20 de octubre próximo, La Cámpora y un ramillete de organizaciones K convocan a un acto en el auditorio de UTE Capital bajo el lema “el rol de la juventud militante en la etapa actual”. Entre los sellos que acompañan la convocatoria se encuentran Patria Grande, el Movimiento Evita y el Partido Comunista.
Bajo ningún punto de vista esto puede ser considerado un “homenaje”. Se trata de una usurpación de la memoria de Mariano.
Cuando la lucha de los tercerizados ferroviarios ya llevaba varios meses de movilización, cortes de vía y reclamos ante el Ministerio de Trabajo, los muchachos de La Cámpora organizaban cursos de “formación sindical” con José Pedraza, mentor del ataque criminal de Barracas.
¿Es necesario recordarles a los pavotes camporistas que Pedraza era ensalzado por su jefa política como el mejor exponente del “sindicalismo que construye”? –título con el que “la jefa” también distinguía al “Caballo” Suárez, dicho sea de paso. Por eso se negó a recibir a los compañeros de Mariano en la Casa Rosada; en cambio, se reunió con los alcahuetes que acudieron raudamente a chuparle las medias, mientras sus corifeos acusaban al Partido Obrero de “buscar un muerto”. ¿Puede caer tan bajo este grupo de arribistas políticos desangelados de pretender usufructuar el martirio de un militante de la causa obrera y del socialismo como fue Mariano cuando la responsabilidad política de su gobierno es inocultable?
La alianza con la burocracia sindical que mató a Mariano era estratégica para los “nac&pop”. Quedó sellada en aquel monumental acto en River, convocado con Moyano cuatro o cinco días antes del asesinato, en el que CFK se calzó la gorrita de la juventud sindical, símbolo de la reconciliación histórica entre el camporismo y los herederos de Rucci y Lorenzo Miguel. Ese día estuvieron presentes en el estadio buena parte de los autores materiales del crimen de Mariano, como “El Gallego” Fernández, Pablo Díaz y Cristian Favale, entre otros.
La Cámpora estuvo ausente del largo e intenso proceso de lucha que condujo a Pedraza a la cárcel. Sus dirigentes recién asomaron las narices por el tribunal para el día de la sentencia. Ocurre que al día siguiente del crimen de Mariano, Pedraza seguía siendo invitado a los actos oficiales. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, lo asesoraba para perpetuarse al frente de la Unión Ferroviaria y cómo “absorber” el golpe del pase a planta de los tercerizados en medio de la enorme conmoción popular que provocó el homicidio de nuestro compañero.
Pedraza se enriquecía con la explotación de los trabajadores tercerizados, al igual que los empresarios, a través de una “cooperativa” trucha llamada Unión del Mercosur. A patrones, funcionarios y burócratas los unía el interés por mantener el grifo de los subsidios, que iban a parar directamente a sus bolsillos. El vaciamiento ferroviario se hizo patente, meses después del crimen de Mariano, en la masacre de Once. ¡Si Cristina hubiera atendido antes las denuncias del Partido Obrero! Gobernaron con Pedraza y con Roggio, Emepa y los Cirigliano, hasta que la “patria contratista” cambió de frente y se fue con Macri.
No hay ningún “homenaje” posible a Mariano junto a Aníbal Fernández, responsable político de la zona liberada por la policía en Barracas para que se consumara el ataque. Ni con Carlos Tomada, que todavía preside el raído bloque del FpV en la legislatura porteña.
La Cámpora y su jefa están buscando refugio en el pejotismo, ya sea bajo el sello oficial o con Massa. El “frente ciudadano”, parido frente a los tribunales de Comodoro Py, no pasa de un rejunte de izquierdistas trasnochados con vocación de funcionariado.
Juventud militante es la que lucha por el socialismo.