La Cámpora y la ‘familia’ Santa María

Seguramente, la interna del PJ de la Capital Federal se encuentra entre los hechos políticos menos relevantes del país. Después de todo se trata un elenco que no cumple siquiera una función testimonial, porque para eso se requieren ideas y programas. Además está dirigido por un conglomerado económico, apropiado por una burocracia familiar por un burócrata sindical. La foto de proclamación de las nuevas autoridades capta al burócrata Víctor Santa María, ‘flamante’ presidente del partido, al criador de caballos de carrera de UPCN Andrés Rodríguez, a Daniel Scioli, invitado estrella, y a Mariano Recalde, de La Cámpora. La presencia de Carlos Tomada, el amigo de Pedraza, hace las veces de la frutilla del postre. Parece un garito, no una organización. Santa María, hace un par de años, había apuntado a Rafael Bielsa.

La Cámpora ingresó a la lista única pejotista luego de amenazar con cortarse sola, una obvia jugada de truco. Siempre supo que sería el cuarto violín del aparato pejotista. Esto dice mucho sobre cómo concibe el post-kirchnerismo la agrupación que responde al hijo de la presidenta: como un forro. El relato de una autonomía kirchnerista en la oposición, es una fantasía; el que nace cliente muere en el clientelismo.

La “Fuerza Propia” que la periodista de “6-7-8”, Sandra Russo, atribuyó a La Cámpora en un libro olvidable, no es solamente una redundancia, es una malversación; se trata de una fuerza de alquiler. Esperemos que la juventud militante saque las conclusiones de este vergonzoso fraude nacional y popular.