Políticas

15/5/2003|800

La catástrofe de Santa Fe es responsabilidad de los capitalistas

Los trabajadores debemos encabezar la reconstrucción política de Santa Fe

“Ellos sabían que esto iba a suceder. Hacía una semana que el desborde del río Salado era inevitable y no hicieron nada”.


Las declaraciones de Barletta (rector de la UNL) deja clara la responsabilidad de Reutemann y su gobierno: “Acá existía un instituto que estudiaba el comportamiento del río Salado y fue cerrado por falta de presupuesto”.


El mismo gobierno que destinó centenares de millones de pesos para construir  el puente Rosario-Victoria fue el mismo que dijo que no había presupuesto para terminar las defensas de la ciudad de Santa Fe. O sea, para el comercio y para los negocios capitalistas, sí; ¡para los barrios de Santa Fe, no!


 


Las aguas clarifican


También quedó clara la completa inoperancia del gobierno. Sólo cuando los muertos comenzaron a flotar y el agua llegaba casi al centro de la ciudad comenzaron a evacuar los barrios y a habilitar los centros de refugio. A pesar de la impresionante solidaridad de los trabajadores del resto del país, los camiones con alimentos no llegaban y muchos fueron “robados o desaparecidos”. Recién a una semana de la inundación aparecieron los camiones para bombear el agua, y, en los barrios en donde ya bajó, se acumuló una impresionante cantidad de basura que nadie recoge. El reparto de alimentos fue minúsculo. Las raciones alimenticias y la poca ropa que el gobierno repartió estuvieron, además, a cargo de las fuerzas armadas, que a punta de pistola controlaron que nadie se quejara. Hubo barrios en donde los vecinos tuvieron que cortar la ruta (contra la presión de los militares) para que apareciera la comida y la ropa.


En la provincia de Santa Fe, los capitalistas exportan miles de millones de pesos; el presupuesto provincial está plagado de subsidios para ellos; toda la recaudación va para salvar sus negocios; las talas indiscriminadas de árboles que han realizado son causa de las terribles tormentas y de los desbordes del río Salado. Han saqueado la salud. Las condiciones de miseria de nuestros compañeros inundados son fruto de su política de ajuste y superexplotación. En Santa Fe, las “cuentas claras” del gobernador esconden la peor de las miserias y su responsabilidad en la peor de las catástrofes.


 


Salven al gobernador


A partir de la magnitud que tomo la catástrofe y la tende ncia a la rebelión popular, los medios, el gobierno nacional y la centroizquierda comenzaron un operativo de salvataje del gobernador combinado con una completa militarización de la ciudad (estado de sitio después de las 8; la Gendarmería tiene órdenes de tirar frente a “actitudes sospechosas”). Los medios han silenciado todo; las fuerzas represivas recorren la ciudad y de noche transforman a los barrios inundados en tierra de nadie; Reutemann plantea renovar todo su gabinete (ya renunció el director de Obras Hidráulicas) y los medios han coincidido en despegarlo de toda responsabilidad en los hechos.


¡Pero Reutemann es responsable! ¡Se tiene que ir, al igual que todo su gabinete! Es el representante de una clase social que se ha demostrado incapaz no sólo de poder dar un futuro a los trabajadores y a sus familias, sino además de impedir la muerte, el desastre y la inmersión de una ciudad entera en la peor de las catástrofes.


 


Organización de los inundados y Asamblea de los damnificados


Los inundados han comenzado a discutir estas cuestiones y diferentes centros y techos se han reunido en la Plaza España. Denunciaron la responsabilidad del gobierno y la militarización, y harán una gran asamblea el miércoles, a las 14 horas, en Plaza Constituyente.


La tendencia comienza a plantear la necesidad de nuestra propia organización. En los centros ha comenzado a discutirse la necesidad de las asambleas como método de organización. También, censar a todos los compañeros, tomando nota de todas sus pérdidas y sus necesidades. Y formar comisiones en todos los refugios.


El Polo Obrero y Tribuna Obrera están encaminados en estas tareas.


  • Por asistencia para todos los inundados.
  • Por un gran censo que incluya todas las pérdidas materiales de los compañeros y estructurales de la ciudad para poner bajo control de los trabajadores la reconstrucción.
  • Que se vayan todos los responsables.
  • Por una asamblea de todos los damnificados y trabajadores para discutir el futuro político y económico de Santa Fe.