La clase media, en ruinas
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Más de 4.000 mujeres, de entre cuarenta y sesenta años, se presentaron para obtener uno de los cincuenta puestos de trabajo como boleteras y acomodadoras que se pedían para dos cines de la Recoleta.
Por un salario de 500 pesos.
Por una jornada de doce horas.
“Mamás, tías y abuelas.”
Una cola de más de dos cuadras. Un vivo retrato de la miseria.
¿Esta clase media en ruinas es un “factor de estabilización”?