La “coalición del ajuste” y sus crisis
Por primera vez bajo el macrismo, se cae una sesión de Diputados
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La coalición que viene acompañando el ajuste del gobierno de Macri desde el pacto con los fondos buitres, perdió la votación por una ley decisiva en el nuevo esquema que el macrismo pergeña con la patria contratista. Por ella, el decreto con el cual el kirchnerismo repartió a discreción la obra pública con De Vido y José López, se transformaría ahora en ley, con el agravante de eludir licitaciones, adjudicar de manera directa, evitar controles establecidos en la ley de obras públicas y peajes, permitir el pago en moneda extranjera, remover el “compre nacional” y, por fin, hacer cargo al Estado de todas las responsabilidades en los pasivos ambientales. Es la corrupción hecha ley, a la medida de pactos como el de YPF-Chevron o los contratos de Lázaro Báez, que hoy tienen expresión en el soterramiento del Sarmiento con las contratistas ligadas a Macri.
La derrota se explica por divisiones en el FR y la abstención de Progresistas. El Partido Obrero tuvo un dictamen en contra que defendió Pablo López y, desde luego, con el FIT, fue parte de los votos que voltearon el tratamiento, por 107 a 106 votos.
Luego de la implosión de la alianza Cambiemos (denuncia de Carrió de por medio) en torno a la ley de Ministerio Público, por la cual se ponía al Procurador fiscal como un apéndice del Presidente en ejercicio y se repartían las nuevas fiscalías entre el oficialismo y el Frente Renovador de Massa, -es decir que se reemplazaba a la camarilla kirchnerista por otra-, este fracaso es un nuevo escenario de crisis política.
El primer eslabón de esta crisis al interior de “Cambiemos” tuvo lugar con la Reforma Electoral, al ser anulado el corralito en las PASO que impide cortar boleta, y al rechazarse la ampliación del número de diputados por provincia que pretendía el PRO. Lo primero fue bochado por Bossio y los partidos provinciales; lo segundo, por la UCR misma.
El telón de fondo de estos crujidos es el empantanamiento económico, el agravamiento de la recesión, los naftazos y el endeudamiento creciente. En ese cuadro, fracasa el intento del macrismo de superar la coalición a la carta con poderes especiales, ya sea para el manejo de la Justicia o ya sea para la obra pública. Los aliados saben que esos poderes van en contra de su intento de arrancarle parte del manejo del aparato del Estado. En cambio, la coalición funciona a la hora de contener los reclamos obreros, y con la CGT como protagonista. La reciente “Mesa de Concertación” es un corset a los trabajadores, contra posibles rebeliones desde abajo. Pero la crisis por arriba expone las debilidades del gobierno para llevar adelante las tareas reclamadas en los foros empresariales. Más temprano que tarde, serán los trabajadores los que rompan la tregua, saliendo a luchar por sus reivindicaciones. El clasismo se moviliza el próximo viernes 28 al Ministerio de Trabajo y el FIT convoca a Atlanta, para que los trabajadores se constituyan en alternativa política.