Políticas

7/7/2007|899

La contaminación en Esteban Echeverría y Ezeiza


Una serie de peritajes ordenados por el Juzgado Federal Nº 1 de Lomas de Zamora viene demostrando que el Centro Atómico de Ezeiza estaría contaminando con uranio las aguas subterráneas del acuífero Puelche.


 


Mientras que la Organización Mundial de la Salud señala como máximo tolerable la existencia de 15 microgramos de uranio por litro de agua, las pericias determinan la existencia de 56 microgramos por litro. La zona afectada, hoy por hoy, llega hasta Monte Grande; es decir que ya abarca zonas densamente pobladas.


 


Las consecuencias que se desprenden del consumo de agua contaminada por uranio son cáncer, malformaciones, abortos espontáneos, enfermedades renales y -menos conocida pero altamente peligrosa- la metahemoglobinemia, enfermedad que consiste en la incapacidad de la sangre para transportar oxígeno.


 


Para agravar la situación, ya se conoce que las napas del Puelche están interconectadas, por lo cual la propagación de la contaminación es inminente.


 


Groppi -nuevo aliado de Solá- no ha tenido iniciativa alguna ni siquiera para mitigar el sufrimiento físico de quienes ya se encuentran enfermos por la contaminación. El Concejo Deliberante sólo atinó a discutir la necesidad de “un registro de tumores y malformaciones”; situación imposible de registrar cuando la mayoría de la población no cuenta con obra social ni con atención médica alguna. El propio enfermo -en estos casos- sólo descubre su enfermedad en un estadio de elevado desarrollo de ésta.


 


Quienes se vienen jactando de paladines ambientalistas son los radicales, con el concejal Leonis a la cabeza. Los aliados del PS y de IU señalan que lo de ellos no es una cuestión “de persecución respecto a lo que se está haciendo o lo que no se hizo, acá lo que intentamos es advertir y prevenir…” (El Reflejo, abril de 2005). La UCR no quiere ni el juicio ni el castigo a los responsables políticos y materiales de la contaminación. De movilización popular, ni hablar.


¿Cómo hacemos los trabajadores para terminar con esta auténtica pudrición?


 


Sin dudas requeriremos una profunda movilización que arrastre al conjunto de la población. En primera instancia debemos reclamar:


 


– Atención médica y tratamiento urgente y gratuito para todos los afectados.


 


– Agua potable para toda la población. La contaminación hace saltar también la responsabilidad de Aguas Argentinas. Sólo la mitad de la población de estos dos distritos tiene agua corriente.


 


– Fuera la Dirección de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Control obrero del Centro Atómico de Ezeiza. Sus 700 trabajadores son los primeros damnificados. Indemnización para todos los afectados.


 


La energía atómica en manos de los capitalistas -tanto en Echeverría como en cualquier parte del mundo- sólo apunta a destruir la vida de millones de seres humanos. Darle un curso positivo a tan importante recurso, en beneficio del conjunto de la humanidad, requiere un profundo reordenamiento de la sociedad sobre nuevas bases. Estos reclamos son parte de las tareas de la lucha por una alternativa obrera y socialista.