La disparada de los dólares paralelos viene provocando fuertes remarcaciones en los precios del mercado interno, sobre todo en rubros dependientes de los productos o insumos importados. Así, la corrida cambiaria impacta de lleno en el bolsillo popular.

Los capitalistas importadores, si bien utilizan el dólar oficial para realizar sus compras al exterior, adecúan los precios de venta a las cotizaciones paralelas frente a la incertidumbre de cuáles van a ser los costos de reposición en caso de que haya un salto devuatorio o mayores restricciones para acceder al dólar mayorista. Esos aumentos se van trasladando a toda la cadena, enardeciendo aún más el índice de inflación. En ese sentido, ya trascendió que las Pymes están pactando “precios abiertos” con sus proveedores, es decir, “un ajuste de valor al momento de pagar una factura si es que hubo cambios de precios” (Ámbito, 25/4). Incluso, muchas empresas importadoras han suspendido momentaneamente las ventas, provocando desabastecimiento en algunos sectores.

En la última semana, se registraron remarcaciones del 10% en artículos de tecnología y del 7% en electrodomésticos. A su vez, hubo fuertes aumentos en los materiales para la construcción, del orden del 8% en cementos, granel y bolsa, cal, hidralit, pegamentos y pastinas y piedras; de entre el 8% y el 12% en artículos de goma y PVC; del 20% en lo que va de abril en muebles de baños y cocinas; y del 8% en griferías y cerámicos. De esta manera, “juntar el mango” para construir la casa propia o hacer refomas en el hogar se aleja cada vez más de las posibilidades de la población trabajadora.

Por su parte, las ferreterías vienen reponiendo su stock con aumentos de alrededor del 10%. En productos cosméticos, por ejemplo, las subas llegaron hasta el 35% en algunos locales. Tal es la incertidumbre en medio de la corrida, que en los sitios e-commerce, el martes 25/4 los precios saltaron un 2,66%, el lunes 24/4 un 3,79% y en lo que va de abril un 13%, según los datos del IPC Hoy.

En este cuadro, la propia Secretaría de Comercio, a pedido de las empresas, autorizó subas del 6% mensual en 3.000 productos incluidos en Precios Justos, 2,8% más del límite establecido en el programa; mostrando a todas luces el trato condescendiente que reciben las patronales por parte del gobierno, en perjuicio de los trabajadores. Algunos son artículos de primera necesidad como el frasco de mermelada BC (Arcor), la lavandina Ayudín (Clorox), la crema dental Colgate Total (Colgate Palmolive), la leche LS Ultra Entera en sachet (Mastellone), los pañales Pampers (Procter & Gamble) y el spray Off (C Johnson) -cuando se multiplican los casos de Dengue.

Las empresas alimentarias, a pesar de no depender de los insumos importados, también remarcan ante las expectativas inflacionarias que generan las actuales presiones sobre el tipo de cambio. Los aumentos más importantes se producen en los comercios de cercanía, con brechas de hasta el 15% en los supermercados, sin embargo, en estos últimos se profundizan los faltantes de los artículos incluidos en el programa Precios Justos como parte de las maniobras patronales para eludir los controles. En la última semana, según el Centro de Almaceneros de Córdoba, se detectaron incrementos del 27% en el azúcar, del 37% en el arroz y del 21% en el aceite. A su turno, “el director del sector de Comercio y Servicios de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), detalló que ‘el jueves pasado una firma importante aumentó 9% sus alimentos y no saben si a fin de mes va a haber otro aumento’” (La Nación, 26/4). A su turno, el encarecimiento de los fertilizantes e insumos agrícolas importados eleva los costos de los pequeños productores, repercutiendo en los precios de las hortalizas y los huevos.

Así las cosas, varias consultoras privadas coinciden en que la inflación de abril rondará el 8%, y el rubro alimentos volverá a encabezarla. Según Ecolatina, la inflación en alimentos se ubicará en el 9,5%, liderada por la carne de ave y los huevos (29%), frutas (16%), arroz (11%) y verduras (16%).

Debemos defender nuestros salarios exigiendo aumentos indexados a la inflación mensual. A su vez, es necesario someter al control obrero los libros de la cadena comercial, en función de evaluar los costos reales. Para frentar la corrida, hay que echar a los capitalistas y a sus políticos y poner en manos de los trabajadores los resortes económicos del país, como la banca y el comercio exterior.