La cuestión del paro general

La cuestion del paro general

¿Por qué no sale el paro nacional, repetidamente anunciado por la CGT Moyano, cuando arrecian como nunca los despidos y suspensiones y el gobierno ratifica que mantendrá a rajatablas el impuesto al salario? Esa CGT ha recibido a la comisión interna de Cables Lear y Facundo Moyano se dio una vuelta por la carpa enfrente de la empresa, pero el paro nacional sigue sin salir. Suteba ha puesto en la agenda la reapertura de las paritarias y la Asociación Bancaria ratificó el paro contra el impuesto al salario, pero la burocracia no da muestras de querer ponerle fecha a la huelga.

Ninguna de las reivindicaciones del paro nacional del 10 de abril pasado ha sido satisfecha. ¿Estamos, acaso, ante una manifestación de solidaridad política de la fracción opositora de la burocracia con el gobierno, ante el agravamiento de la crisis económica? Este es manifiestamente el caso de la burocracia del Smata, cuyo objetivo fundamental es expulsar al activismo sindical de las fábricas.

Extorsión

El gobierno ha salido a enfrentar abiertamente la posibilidad de una huelga, con el llamado a la ‘unión nacional’ contra Griesa y los fondos buitre. Incluso Griesa y los fondos buitre están buscando una ‘salida pacífica’ al entuerto judicial-financiero, para evitar un derrumbe económico generalizado y una nueva reestructuración de la deuda externa. Pero el precio que los K pusieron a esa ‘unidad’ es la manutención del impuesto al salario y la intangibilidad de las paritarias. Lejos de atender al reclamo de un aumento de 3.500 pesos para los jubilados (como lo planteó el paro del 10 de abril), CFK ratificó una movilidad trucha, en el sentido de que retrasa aún más a las jubilaciones frente a la inflación.

Por otro lado, el plan oficial contra el ‘defol’ decretado por los buitres y los bancos internacionales, consiste en financiar la economía con mayor inflación y con la perspectiva de un aumento de las suspensiones y despidos por el cierre aún mayor de las importaciones. La emisión de moneda que está prevista de aquí a fin de año tiene como primer destinatario el pago de los bonos-Repsol (que cobra el banco Morgan); y, en segundo lugar, el pago de intereses de deuda que el gobierno se empeña en pagar. En septiembre próximo vence deuda por 5.000 millones de dólares. ¿Cuánto tiempo podrá funcionar la extorsión “patria o buitres”, cuando la oposición fundamental es trabajadores o buitres y usureros? Ahora sabemos definitivamente que el 60% de la deuda externa se encuentra en manos de capitales locales.

El inmovilismo de la burocracia sindical frente al crecimiento de la presión popular augura una acción masiva de los trabajadores que pasará por encima de los aparatos existentes.

Quién le teme al paro

Otra razón por la que Moyano le saca el cuerpo al paro nacional es que ha reforzado su alianza con el macrismo. Aunque el macrismo fue desairado por el fracaso de la compra de deuda buitre por parte de los bancos locales -una operación en la que participó el Banco Ciudad- habrá que esperar que se consume una ruptura entre los acreedores internacionales y el gobierno para que Macri sacrifique la agenda electoral que tiene establecida, para desviarla hacia una caída del gobierno (como ha insinuado Berensztein, de la consultora Poliarquía). El macrismo, por otro lado, es uno de los cables a tierra que ha encontrado el kirchnerismo para sobrevivir a 2015, a través de una red de negocios comunes. Tampoco Massa ha decidido alterar la agenda electoral para 2015, aunque aumenten los choques de los grupos económicos que lo apoyan (Brito, Eurnekián, Pescarmona, Bulgheroni) con el gobierno, en especial en el campo petrolero.

Es claro, sin embargo, que el frente capitalista se agrieta rápidamente, como consecuencia de la velocidad que ha adquirido la crisis financiera. Se diseña una situación semejante a 2001, cuando la bronca popular se conjugó con la ruptura del frente capitalista afectado por el derrumbe inminente de la convertibilidad. Lo mismo ocurrió con Alfonsín, quien pretendió que le hicieran el aguante hasta las elecciones de mayo de 1989.

A fuerza de querer dilatar el desenlace de la crisis hasta 2015, aumenta la presión por un estallido anticipado.

Argentinazo

La política de la burocracia sindical tiene puntos de contacto con la que siguió a partir del año 2000. En febrero de ese año, Moyano -también entonces un opositor a la burocracia oficial-, lanzó una movilización obrera importante, que operó como advertencia al gobierno de De la Rúa. Luego realizó un paro nacional, para llamarse enseguida a sosiego. Las organizaciones sindicales (incluida la CTA) quedaron al margen, de este modo, de los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre. Cualquiera puede poner una tapa a la olla a presión, otra cosa es que pueda evitar que salte cuando la temperatura supera lo permitido.

En el marco de esta caracterización, llamamos a reforzar la campaña por una huelga nacional activa. Es la vía para reforzar las posibilidades de victoria de Lear, Weatherford, VW, Donnelley, Valeo, Honda, Shell, Calsa, Suteba, Aptach y Docentes Unidos de Salta. Es la oportunidad para impulsar una gran movilización por el paro nacional, en función de todos los reclamos planteados -reincorporación de suspendidos y despedidos, abolición del impuesto al salario y la reapertura de las paritarias, aumento de 3.500 pesos a todos los jubilados.

Al servicio de esta política llamamos a todas las organizaciones de izquierda a participar en el congreso del movimiento obrero y la izquierda, para desarrollar, en la acción directa y la lucha política, una alternativa de poder de los trabajadores.