Políticas

8/10/2009|1103

“La cultura del pueblo no se vende…”

… se pelea, se defiende!”.

Así coreamos desde las 16 horas del lunes 5, más de 350 trabajadores de la cultura, artistas, vecinos autoconvocados, que participamos de la actividad convocada por la Asamblea por la Cultura.

Se inició con un corte de calle en San Martín y Córdoba, lugar de la jornada inaugural del Fiba (Festival Internacional de teatro de Buenos Aires).

Finalmente, el Gobierno de la Ciudad consideró que la mejor opinión es el silencio, postergando “la apertura” para un mejor momento.

La jornada de lucha se extendió por espacio de tres horas donde, muñecos y títeres gigantes de “La Calle de los Títeres”, murgas, candombe, la música de los compañeros del Teatro Colón; se alternaron con la lectura de adhesiones, del documento acordado por las organizaciones convocantes y con una profusa difusión de volantes.

Actrices y actores muy jóvenes confraternizaban con otros de vastas trayectorias como Raúl Rizzo, Lorenzo Quinteros e Iván Moschner, estos últimos de la compañía de “Marat Sade”,  cuya lucha por la situación contractual motivara la convocatoria que diera lugar a esta Asamblea por la Cultura.

Finalmente, marchamos hasta la sede de Harrod’s.

Perspectivas

Este movimiento convoca a los sectores en lucha de la cultura, con presencia física en la ciudad -y en algunos casos tambien a otros de responsabilidad nacional o de la provincia de Buenos Aires.

Por otra parte, ha concitado una atención creciente. Entusiasma que en cada reunión se suman nuevas organizaciones.

Del conjunto de reivindicaciones plasmadas en el documento, la lucha de los trabajadores del Teatro Colón es la viga maestra de las que se libran, no sólo en la cultura, sino para el conjunto de los trabajadores dependientes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Lo propio sucede con referencia a los cierres, clausuras y desalojos de centros culturales alternativos o espacios donde se realiza actividad artística.

El documento fundacional y la producción de las asambleas puso de relieve la necesidad de contextualizar las luchas de la cultura en el concierto de todas las luchas de la clase obrera. De ahí el pronunciamiento en repudio de la represión y en solidaridad con los compañeros de Terrabusi.

Dimos un paso. ¡Vamos con todo contra la privatización de la cultura!