“La jubilación mínima es casi nada”, dice Juan Sosa en una nota del diario La Voz (23/1) que se titulo “Desesperado llamado de un jubilado cordobés”.

En la nota mencionada, Juan explica que ya no puede pagar el alquiler de un pequeño local que usa como vivienda en Villa Nueva porque cobra apenas $16.000 y agrega que, como tuvo que sacar un crédito de Anses, cobra cada vez menos. Como recurso extremo y mediante cartelitos hechos de su puño y letra distribuidos en su pueblo, se ofreció a trabajar gratis a cambio de una vivienda. La noticia se viralizo y Juan tiene ya varias ofertas

El drama de Juan es el que afecta a millones de jubiladas y jubilados que cobran la mínima y que es peor aun en quienes reciben la Puam (Pension Universal para el Adulto Mayor), que llega a los $15.000. El relato descarnado de Juan derrumba la infamia del gobierno de Fernández, quien sostiene que con los aumentos por decreto los jubilados le “ganaron a la inflación” cuando la realidad es que esto no sucedió y, como bonachonamente dice Juan, para poder sobrevivir se tienen que endeudar con Anses o con usureros. Hay que agregar que para comer tienen que ir a comedores populares, en los centros de jubilados que aun los pueden sostener (¡se van cerrando!) o en los que mantienen las organizaciones sociales en las barriadas, porque la “asistencia alimentaria” que otorga Pami ya ni siquiera es un bolsón de alimentos, sino que ahora es un bono que en muchos casos nunca llega a sus destinatarios.

Lo que Juan pone en evidencia es la enorme profundidad de un drama social que lejos de intentar resolverlo o encararlo, el gobierno agrava aun más con la nueva formula de movilidad de los haberes jubilatorios que hundirá estos haberes frente la inflación. Como ya es sabido los precios de la canasta básica de alimentos subieron un 10% más que el índice general de precios. Solamente en diciembre este índice fue del 4% y nada indica que esta situación tienda a revertirse en el curso de este año, más bien lo contrario.

Jubilados o FMI

Según ya esta anunciado, el primer aumento trimestral en marzo con la nueva formula seria del 6%, muy lejos de la inflación acumulada en el trimestre de referencia y más aun de la canasta básica de alimentos. Esto es lo que votaron en el Congreso la mayoría de los diputados y senadores que por supuesto no rebajaron sus jugosas dietas. En medio están las negociaciones con el FMI que le reclama al gobierno achicar los “gastos sociales”, que el gobierno nac&pop acepta sin chistar como ya lo hizo antes con los fondos buitres, aunque esto signifique condenar a la absoluta miseria a los Juanes.

No conforme con este latrocinio contra las y los jubilados, el gobierno y el Congreso utilizan los activos del FGS (Fondo de Garantías de Sustentabilidad) para crear el Fondo de Inversiones Estratégicas al que destinarán $100.000 millones. Queda plenamente confirmado que los jubilados financiamos al Estado y no al revés como lo denuncia el Partido Obrero.

Como lo demuestra el ejemplo de Juan, la situación de millones de jubiladas y jubilados será cada vez mas insostenible y esto plantea que las centrales obreras más temprano que tarde tienen que romper sus pactos con el gobierno y colocar en el centro de los reclamos de la clase obrera un haber mínimo de $50.000, el 82% móvil, la devolución de todas las quitas sufridas por el actual y anterior gobierno, la restitución de los aportes patronales y por supuesto el conjunto de las reivindicaciones del movimiento obrero.

La enorme gravedad de esta situación deberá ser encarada por los trabajadores con su propia acción independiente y la organización por estos reclamos tendrá que crecer desde el pie. Las y los jubilados con nuestras organizaciones allí estamos y estaremos.