Políticas

24/8/1993|399

La deuda externa se“comió” 5.000 millones de pesos de los jubilados

El vapuleado, quebrado y reventado sistema previsional público es la principal fuente que está utilizando el gobierno para el pago de la deuda externa. De acuerdo con las previsiones legales y presupuestarias, las Cajas de jubilaciones deberían haber acumulado un superávit de 5.000 millones de dólares, monto que, sin embargo, ha sido tomado por el Tesoro para pagar los intereses de la deuda externa y del festival de bonos, así como otros compromisos con el FMI.


 


Según diversos informes periodísticos, el Tesoro Nacional tomó para sí  los siguientes fondos que hubieran debido destinarse al sistema previsional:


1) Unos 1.800 millones, de los 2.200 millones que corresponden al 15 % de los fondos de coparticipación establecidos por el acuerdo fiscal con las provincias el año pasado para el régimen previsional. Las Cajas sólo recibieron 400 millones.


2) Del 30 % de los ingresos por privatizaciones que por ley debían destinarse al sistema previsional, el Tesoro se guardó 700 millones.


3) Al unificar las Cajas militares con el régimen previsional, se desviaron los fondos jubilatorios para pagar los 900 millones de déficit de las Cajas militares, que abonan los retiros militares, policiales y del personal de seguridad, y en especial la financiación de los planes de viviendas y otros para aquéllos.


4) El Tesoro no giró a las Cajas 120 millones de una partida votada en el Presupuesto 1992 para el sistema previsional público.


5) Debido a la mayor recaudación, las Cajas tuvieron en 1992 y en lo que va de 1993 un superávit operativo de 1.000 millones.


 


En una operación equivalente a la malversación de los fondos públicos, Cavallo se quedó con todos estos 5.000 millones del sistema previsional, los que fueron utilizados para otros fines, fundamentalmente el pago de los intereses de la deuda.


Ahora el gobierno pretende utilizar este enorme fondo para financiar el déficit de las Cajas del Estado que provocará la “jubilación privada”, al quedarse ésta con los aportes personales que hoy realizan los trabajadores, así como para poder reducir los actuales aportes previsionales de la patronal.  Cavallo les prometió a los capitalistas bajar a la mitad el actual aporte previsional patronal del 16 % y eliminarlo por completo a mediano plazo. A los trabajadores, en cambio, se les elevará el descuento jubilatorio del 10 al 11% y se elevará en 5 años la edad para jubilarse … Como consecuencia de la “jubilación privada”, las Cajas oficiales dejarán de percibir ese 11% , el cual pasará a engrosar las arcas de las administradoras privadas. Cavallo ha rematado el patrimonio público y ha sustraído una parte de los impuestos provinciales para financiar el negocio jubilatorio de los banqueros y capitalistas. En lugar de aumentar el haber de los jubilados, las Cajas vuelven a ser vaciadas … esta vez no por parte de la “jubilación estatal”, como en los últimos cincuenta años, sino por la privada, algo que debería ocupar el próximo medio siglo.


 


La clase capitalista está urgida para que se apruebe la reforma previsional precisamente por el fenomenal negocio que significa. “Sólo aprobada la reforma pueden contenerse las demandas por mayores haberes mínimos, ya que queda de manifiesto la necesidad de hacer caja para cubrir el bache fiscal durante la transición” (a la jubilación privada), exigió Juan Luis Bour, un escriba de la gran patronal (El Economista, 20/8). En síntesis, los explotadores plantean este régimen de déficit permanente para las Cajas oficiales, para poder justificar de este modo que los haberes jubilatorios continúen en el nivel de miseria.


 


La burocracia sindical, incluida la del CTA, hace la vista gorda, porque está metida a fondo en todo este negocio, a través de administradoras privadas propias (AFJP) o asociadas a los bancos. La Ctera de Mary Sánchez está en activas negociaciones para formar una Administradora privada con la administradora Magister de Chile. Zanola ha dicho que “es muy posible” que forme una Administradora (El Cronista, 23/8) y un rotundo “sí” a formar una AFJP manifestó Valle, burócrata del Seguro. La contracara de este negociado son los 5 años más que habrá que esperar para acceder a la jubilación, el mayor descuento jubilatorio, las jubilaciones futuras de miseria y la“ cadena perpetua” a la que se ha condenado a la mayoría de los jubilados que cobra 150 pesos.