Políticas

21/7/2011|1186

La Gendarmería en Soldati: los K aplican la política de Macri

Soldati

En los últimos 15 días, las calles de la zona sur de la ciudad de Buenos Aires fueron ocupadas por Gendarmería y Prefectura. En Soldati, la Gendarmería ha montado una vigilancia importante en los monobloques, en las inmediaciones de Piletones y en el barrio bajo.

Un sector muy importante de la población ha recibido esta militarización como un avance frente a las zonas liberadas para la delincuencia.

El Estado es el principal responsable de la descomposición social en la zona; la Policía Federal está a la cabeza de la organización del delito, regentea la venta de paco, organiza a los pibes chorros, en su mayoría adictos, para que trabajen para ellos y, si se niegan, aparecen en una zanja. El Partido Obrero denunció a finales del año pasado la zona liberada.

La Gendarmería impuso un orden aparente: los adictos son perseguidos, humillados en público, obligados a desvestirse en las esquinas y a permanecer en calzoncillos con temperaturas de menos de 10 grados. Los jóvenes son hostigados con pedidos sistemáticos de documentos. Pero la venta de paco sigue con todo, la delincuencia organizada también y la prostitución de menores también. En concreto, todas las cajas de la Federal siguen en pie.

La Gendarmería viene a impedir también la toma de tierras, que en la zona de Soldati se transformó en la única salida para los sin techo, que viven hacinados y alquilando piezas por precios que no paran de subir. Vienen a impedir que los vecinos del barrio bajo, que hace una semana que no tienen luz, corten las vías del Premetro para protestar. Vienen a impedir que los estudiantes secundarios corten la avenida Cruz para reclamar por la defensa de la educación pública. Vienen a impedir que los trabajadores de Sueños Compartidos (la obra de las Madres y de los Schoklender) salgan a cortar por el pago en término de sus salarios y las deudas en las cargas sociales que tiene su patronal delincuente y K. En este último objetivo vienen fracasando, como lo demuestra el corte de General Paz el martes 12 de julio por estos mismos reclamos. Filmus, que prometió una batalla cultural contra la derecha, terminó recorriendo el barrio con Garré y militarizando la zona -el programa de Macri.

Organicemos una salida: formemos asambleas en todos nuestros barrios, que se abran los libros de las comisarias de la zona, que los responsables del operativo de la Gendarmería rindan cuentas ante los vecinos de sus objetivos y de sus acciones; exijamos que se termine con la zona liberada para el paco, basta de gatillo fácil. Por un plan de recuperación de los adictos a cargo del Estado nacional y de la Capital bajo control de los familiares. Por un plan de viviendas controlado por los trabajadores para terminar con el déficit habitacional. Hagamos escuchar la voz de los vecinos de Soldati y el 14 de agosto votemos al Frente de Izquierda en las internas, para reforzar esta perspectiva. Porque existe una salida, pero sólo la vamos a poder imponer con nuestra lucha y organización de forma independiente.