Políticas

9/5/2002|753

La "huelga" de Moyano

La CGT de Moyano decidió llamar a un paro de actividades y movilización para el 14 de mayo. Es un síntoma de que la inestable situación política acelera un desenlace. Pero como salida para los trabajadores y como medida de lucha, es simplemente una estafa.


Luego de una espantosa tregua de cinco meses, 200.000 despidos y una caída del salario real que supera a la hiperinflación del 89, la reacción de una central obrera que reconociera el fracaso de su política de apoyo al gobierno capitalista devaluador, hubiera tenido que ser el llamamiento a una huelga indefinida. La amplitud de la medida de lucha debe estar vinculada a la gravedad de la situación que se pretende revertir. Sin un mazazo popular, la relación de fuerzas no puede ser modificada, en circunstancias como las actuales, a favor de los trabajadores.


Pero tampoco el paro es tal; en realidad se reduce a movilizar a algunos trabajadores que terminan su turno a las dos de la tarde. Es una medida de desgaste más que de lucha y no pasa de ser un retorno mediático para la burocracia que protagonizó algunas movilizaciones importantes contra De la Rúa.


El paro no está motivado por las necesidades de los trabajadores; ningún sindicato moyanista está reclamando un aumento de sueldos. El propio Moyano sólo planteó la convocatoria del Consejo del Salario Mínimo, para llevar este rubro de 200 a 300 pesos * un verdadero insulto al pueblo. La decisión de hacer la jornada del 14 surgió cuando Duhalde apoyó los 14 puntos de los gobernadores y rechazó el plan que le propuso el diputado del Polo Social (en realidad es una rama del duhaldismo), Daniel Carbonetto. El paro es entonces una medida para defender el plan Techint, el cual consiste en liberar el cambio para, por un lado, incrementar la devaluación del peso y dar el beneficio final a la patria exportadora y, por otro lado, licuar definitivamente los depósitos bancarios y las deudas de la industria con los bancos que se han pesificado. En nombre de la reactivación, el plan Carbonetto apunta a transferir a la burguesía endeudada con los bancos el ciento por ciento de la confiscación de los ahorristas.


El Partido Obrero denuncia la inconsistencia del planteo de la CGT de Moyano y llama a luchar por un aumento salarial inmediato del 50%.