Políticas

26/4/2007|989

La Iglesia arma un Frente Cívico

La Iglesia está jugando un rol muy activo a favor de un acuerdo de toda la oposición. La UCR acaba de plantear la construcción de un Frente Cívico K. Pretende encabezar la oposición a pesar de su desgaste y de la falta de confianza de los trabajadores en sus dirigentes.


La formación de este frente, más allá de la voluntad de la Iglesia, tropieza con las ambiciones personales y los recelos de aparato. Por ejemplo, la UCR está dividida acerca de establecer un pacto con Arnold, el ex vicegobernador de Kirchner que se pasó a la oposición.


El otro límite al Frente Cívico es que el protagonismo lo tiene el pueblo en la calle. Las direcciones sindicales sólo en parte se avienen a apoyar esta alternativa y en muchos casos no simpatizan con esa posibilidad porque la ven como una nueva versión de la Alianza.


El Frente Cívico se limitará a cambios “de estilo” en el régimen político. No revisará la entrega del petróleo, del oro y de la pesca de Santa Cruz al gran capital nacional y extranjero. No hay que olvidar que estos “opositores” votaron junto a todo el oficialismo los presupuestos que mantienen por el piso los salarios de los trabajadores provinciales, los municipales y los docentes, votaron la instalación de la Gendarmería en Las Heras para defender los intereses de Repsol y firmaron solicitadas contra la huelga de los maestros de 2004 y contra los municipales en 2005. Son enemigos de los trabajadores.


Frente al gobierno de camarillas sitiado por la rebelión popular y la oposición antiobrera, es necesaria una alternativa propia de los trabajadores. El FUT-Partido Obrero impulsa a fondo la lucha en curso para ganar la lucha reivindicativa de docentes, estatales, petroleros y barrios, y para echar al gobierno de la Gendarmería.