Políticas

10/6/2010|1132

La interna radical

Desde lugares muy diferentes, se presentó a la interna radical de Buenos Aires como una expresión de “fortalecimiento de la UCR” e, incluso, como un síntoma de “vitalidad de los grandes partidos” (Duhalde) . En otros casos, se ha caracterizado a la victoria de Alfonsín como un triunfo “de los afiliados contra el aparato”. Pero la interna –que comprometió al 15% de los afiliados– no sólo estuvo dominada, de uno y otro lado, por los aparatos partidarios.

Todo indica, además, que actuaron bajo la influencia o el apoyo de otros aparatos – en este caso, extrapartidarios. En relación a la lista de Alfonsín, los diarios mencionan un pedido de fiscales al kirchnerismo en los días previos a la elección. Ello, junto al voto de afiliados radicales que hoy responderían a Stolbizer o Carrió. En el caso de la lista cobista, los vínculos entre Storani-Moreau y Duhalde son tan viejos como conocidos. El “revitalizado” radicalismo habría tenido, así, una interna-externa, dominada por fuerzas ajenas al propio partido.

En cualquier caso, la interna sirvió para golpear a uno de los candidateables de 2011, el vicepresidente Cobos, y mostrar la precariedad de los reagrupamientos que recorren a la oposición capitalista. La eventual candidatura de Alfonsín reforzaría la posibilidad de una alianza con el socialismo, con Stolbitzer y con Juez. Pero, principalmente, coloca contra la pared a Pino Solanas y Proyecto Sur, que fantaseaba con escindir a Binner, el GEN y a otros para una “tercera alternativa”. Para lamento de Solanas y otros herederos del Frepaso, el “frente progre” se incubaría ahora en el vientre del aparato radical, algo muy parecido a lo ocurrido en los ’90. En definitiva, Alfonsín, Stolbizer o Carrió se harían cargo de conciliar las banderas del “progresismo” con el respeto al gran capital.

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