Políticas

18/6/2009|1088

La izquierda frente a la reforma de la Ley de Quiebras

¿Qué opinión le ha merecido a la izquierda el anuncio del gobierno? Plantea un apoyo general al proyecto de reforma. No formula la menor denuncia: lamenta el carácter tardío de la medida, o expresa su desconfianza a que vaya a ser implementada.

“Sería bueno que lo hubieran implementado antes”, opinó Ceballos, de Libres del sur (La Nación, 14/6), candidato bonaerense junto a Martínn Sabbatella. No debería sorprendernos, tratándose de una colectora del kirchnerismo.

Vilma Ripoll fue más lejos, al señalar que “ni un niño de jardín de infantes puede creerles ahora que harán lo que en seis años se negaron a hacer” (ídem). En otras palabras, que esta reforma es progresiva pero no va a pasar de un anuncio electoral. El PTS, por intermedio de Christian Castillo, se ha sumado a este coro: “Por años -dijo-, las empresas (recuperadas) fueron dejadas a su suerte”, y afirmó que “por el retraso en la reglamentación de las expropiaciones, algunas empresas podrían desaparecer a causa de los juicios de sus acreedores” (ídem). Sobre la ley misma… no sabe, no contesta.

Si hay algo que está claro en este nuevo proyecto, es que estamos frente a un rescate del capital en crisis y no de los trabajadores, quienes nuevamente deberán asumir el costo de este salvataje. La burguesía puede dormir tranquila, pues en el proyecto del gobierno no existe la menor intención de estatizar ni de intervenir empresas. Por el contrario, a través de la nueva reforma se va a dar por clausurado definitivamente el recurso de las expropiaciones; la continuidad de la empresa dependerá del visto bueno que den los obreros a que los sueldos y contribuciones patronales adeudadas se transformen en acciones sin valor.

Pablo Heller