Políticas

26/4/2012|1219

La “izquierda independiente” saluda a la “nueva YPF”

Economía y política del petróleo

Un referente de la llamada "izquierda independiente" (chavista) ensaya una curiosa pirueta para referirse a lo que llama "los desafíos de la nueva YPF"(1). Admite que YPF seguirá siendo una "sociedad anónima", con accionistas que "reclamarán por criterios de rentabilidad inmediata". También reconoce que el restante 70% de la industria petrolera continuará en manos privadas y que YPF será administrada por "los que protagonizaron su destrucción". Pero todo esto lo lleva a una ‘conclusión' típica de este sector: que se abre "un nuevo capítulo de la historia petrolera". Obvio, porque pretende iniciar una apertura petrolera hacia los mayores monopolios internacionales.


Juzga a la expropiación parcial como "positiva". Un exabrupto, si se tiene en cuenta que la palabra tiene significados diferentes para las diferentes clases sociales. De todos modos, se ataja porque, según dice, "sus reales efectos dependerán de las futuras medidas". Por ahora, los "efectos" son ‘ideales'. El proyecto de ley es, sin embargo, claro, pues habilita a YPF a realizar "alianzas estratégicas y joint ventures con todo tipo de capital nacional o extranjero". La ‘nueva' YPF es nueva, sí, pero como lo es cualquier producto reciclado. En cuestión de horas, Kicillof y De Vido se reunieron con Exxon, Petrobras y Total para relanzar nuevas asociaciones.


Estatismo capitalista


La izquierda independiente, a pesar de estar poblada de economistas, finge ignorar que Repsol es una empresa quebrada, incapaz de desarrollar el negocio petrolero, como lo demuestra su intento de asociar a capitales chinos. Su expropiación parcial transfiere esta tarea al gobierno. Esta izquierda descubre un pasado estatal, en petróleo, de "equilibrio entre exploración y explotación de pozos" y "un sistema integrado de extracción, refinación y comercialización". No hay en este planteo ni un atisbo de caracterización de clase. El elogio al estatismo burgués, vacío de contenido, la lleva a mistificar la llamada ‘propiedad estatal del crudo', que desde Frondizi a Videla, pasando por Alfonsín, fue el marco para el vaciamiento de YPF en favor de la ‘burguesía nacional' y de las refinadoras extranjeras. El intervencionismo de los Kirchner, o sea la ‘nueva YPF', deja vigente la ‘libre disponibilidad' del crudo, una cláusula típicamente neoliberal. El estatismo petrolero de Bolivia o Venezuela le da de comer abundantemente a los monopolios petroleros privados, a través de contratos de asociación en la explotación petrolera. Estos contratos permiten a los monopolios certificar miles de millones de barriles de petróleo o reservas de gas.


"Que no vengan los Bulgheroni"


El texto de la "izquierda independiente" advierte que Eskenazi "no debe ser reemplazado por los ‘capitalistas amigos', Bulgheroni, Eurnekian, Cristóbal López". ¿Pero a qué viene esta advertencia, frente a un proyecto "positivo", que inaugura una "nueva YPF"?


Las torpezas políticas de la "izquierda independiente" no pueden interpretarse en clave petrolera; sus miembros son, incluso, muy inteligentes y bastante bien formados como para que desconozcan sus propios dislates. La caracterización de la torpeza es política, pues responde a una línea nacionalista burguesa, o sea antagónica a la estructuración del proletariado como clase. En su primer discurso sobre el tema, la Presidenta agredió a los choferes de la 60 y en el segundo a los piquetes -ahora del conurbano-, como el año pasado a los docentes y petroleros de Santa Cruz. "En esta nueva Argentina", declaró CFK, esos métodos son inconducentes, porque ahora se trata de poner el hombro. En este marco, vuelca el peso del aparato del Estado para que la CGT pase a manos de una fracción adicta de la burocracia sindical.


La ‘izquierda independiente' escamotea que la medida sobre Repsol se da en el marco de una bancarrota del ‘modelo' oficial, que ha perdido la capacidad de financiación de los déficit fiscales, comerciales y energéticos. A fuerza de reivindicar su capacidad para descubrir los matices y sutilezas de la situación política, y denunciar el daltonismo y la confusión de la izquierda revolucionaria, esta ‘izquierda' abstrae lo de YPF del conjunto de las condiciones políticas existentes, para apuntalar ilusiones en los K y socavar la lucha por una salida obrera y socialista.


El planteo de la ‘izquierda independiente' resume las posiciones del centroizquierdismo y de la izquierda, y el trotskismo democratizantes (como el MST), que han formado fila para apoyar al gobierno en una coyuntura estratégica fundamental.


 


1. Claudio Katz; "Los desafíos de la nueva YPF".