Políticas

29/7/1987|192

La izquierda revolucionaria está en marcha

Una respuesta a la “fundición” democratizante

Para quien tiene la oportunidad de escuchar o ver a los “líderes” de la izquierda argentina, el panorama de esta izquierda sería de depresión, disgregación y desmoralización. Como toda mentira fundamental, esta afirmación tiene su dosis de verdad: asistimos a la descomposición política de la izquierda sometida al nacionalismo burgués y a la demagogia democrática de los políticos patronales. El estallido político de un partido como el PI, el cual inescrupulosamente pretendió convertirse en un amasijo oportunista que permitiera la indecorosa explotación política y electoral de la juventud, no puede ser juzgado con un criterio puramente negativo. El desmembramiento de semejante corriente está en el orden “natural” del proceso de crisis capitalista y de polarización política entre las clases fundamentales de la sociedad. No puede considerarse regresiva la pulverización de un partido que en la convención de Rosario de 1984 rechazó “por principio” los acuerdos principistas, o cuyo líder máximo saludó el acuerdo Grinspun-FMI y más tarde el plan Austral, y quien finalmente se prestó a la maniobra “alternativista” impulsada por el radical Nosiglia y luego al acuerdo con Cafiero y Di Telia.

Pero aun la parte “negativa” que podría haber en la crisis de un partido de “izquierda”, queda cancelada cuando al mismo tiempo observamos el proceso de reagrupamiento revolucionario de los activistas obreros y de izquierda que está encabezando el Partido Obrero. Testimonio de esta realidad son las páginas de este periódico, en cuyos reportajes no solo emerge la maduración de esta vanguardia sino también su genio político. Pocas veces la entrevista periodística sirvió como en esta oportunidad para que el activo militante sintetice de un modo tan brillante años o décadas de experiencia política.

Claro que por importante que sea lo que ocurre en el PI, las palmas de la crisis política se las lleva el stalinismo criollo, quien nunca como ahora merece esta caracterización. Es que el esfuerzo que ha hecho la dirigencia del PC para correrse verbalmente hacia la izquierda sin alterar para nada su contenido programático de seguidismo a la burguesía y de defensa del presente orden internacional, es una evidencia del peso decisorio en su seno del aparato stalinista que algunos creyeron desplazado con la salida de Iscaro y otros. La razón fundamental por la que el PC firmó las “actas democráticas” en semana santa no tiene que ver, en lo esencial al menos, con la alegada, presión de la “opinión pública” pequeño burguesa (¡cuyos mejores contingentes querían ir a Campo de Mayo!) sino con la necesidad, explicitada redondamente en las “actas”, de defender al Estado burgués, y a todas sus “instituciones”. Pero en esta defensa consiste, precisamente, el compromiso de fondo de la burocracia stalinista mundial con el imperialismo (un compromiso que choca constantemente con las bases sociales de los Estados obreros y con la lucha revolucionaria de los pueblos).

El rasgo principal del momento político no consiste entonces en la “fundición” de la izquierda, sino de los democratizantes, pues la izquierda ligada a los trabajadores y luchadora no se está quebrando, sino que está madurando a pasos agigantados. No se ha reparado que la desmoralización de los democratizantes no consiste en otra cosa que en recorrer el camino paralelo de descomposición que sufre el gobierno y la burguesía democratizantes en su conjunto.

Lo que puede llamar la atención, pero ello no debería ser así, es ver al Mas (el único partido de derecha, centro o izquierda que no tiene programa propio ni ha dado a conocer una plataforma con relación a las elecciones) encabezando el pelotón de los propagandistas de la desmoralización y desunión de la izquierda. Los “líderes” del Mas aseguran que la condición natural del pueblo es la retracción a luchar, con lo que extienden la campaña desmoralizadora más allá de los límites de la izquierda. Los planteos del Mas demuestran que es una variante democratizante, antisocialista y que, cualesquiera sean sus alzas y bajas, no pueden ser el ámbito de maduración revolucionaria de la vanguardia obrera.

Es altamente significativo que en estas elecciones solamente el Partido Obrero plantee el desplazamiento de la burguesía del poder político y el gobierno de trabajadores. Es que en un momento en que el aparato mundial y nacional de la burguesía dice que ésta es la única clase creativa y modernizadora, y que por este motivo sólo las “privatizaciones” pueden impulsar el desarrollo productivo; en tanto que la clase obrera es una clase superada por la tecnología, una clase que resiste los “cambios”, una clase cuya condición superfina obliga a que se la trate como carenciada; en síntesis, en un momento en que los explotadores afirman de todos los modos y por todos los medios su condición de clase dirigente insustituible, la renuncia y hasta la hostilidad de la izquierda a levantar la consigna de gobierno de trabajadores es una capitulación histórica. El Partido Obrero denuncia la condición decadente y parasitaria del capitalismo mundial; el retroceso generalizado que está provocando en las fuerzas productivas y el impulso a la desocupación masiva; su saqueo de los pueblos coloniales; su transformación en clase parasitaria que manda sus ejércitos a cobrar los intereses de la deuda mundial; el arsenal armamentista sin precedentes históricos que ha acumulado para defender su sistema de explotación y el nivel de la tasa de beneficio; en definitiva, su completo agotamiento histórico. En estas condiciones la consigna de gobierno de trabajadores no es solamente el único planteo concreto de poder sino por sobre todo el desenmascaramiento de la real situación histórica presente y el llamamiento a los trabajadores a tomar conciencia de ello y a reivindicarse a sí mismos como la única clase que tiene una tarea por cumplir.

Roberto Jorge Reboredo, militante del PC (Cap.):

"El F.T. expresa una idea elemental, que la dase obrera se organice en forma independiente de la burguesía"

Roberto Jorge Reboredo de 36 años, es militante del PC de Capital desde 1973. Reingresó a él con la formación del Frepu, con la expectativa de que implicaba un cambio real en la trayectoria del PC. Roberto, en este reportaje, nos dice qué experiencia sacó del Frepu, el significado de la formación del Fral y por qué adhirió al Frente de Trabajadores.

PO: Con la formación del Frepu, reingresas al PC

Roberto: Pensé que esta alianza (Mas-PC) era algo inédito, que implicaba un cambio drástico de la línea stalinista del PC. Abría te expectativa de un PC combativo y clasista. La autocrítica del PC, si bien débil, era un paso adelante. Sin embargo, al pesar de algunos cambios en te dirección, la historia demostró que nada había cambiado. La dirección usó al Frepu para capear su crisis Interna y; aparecer con el aval de la mayor cantidad de partidos de izquierda, incluido el Mas.

PO: ¿Qué actuación tuvo el Frepu?

Roberto: El Frepu desapareció como frente en los hechos; nunca tuvo una aparición más que la electoral. Su programa, los 23 puntos, eran reformistas, no revolucionario, muy parecidos a los 26 puntos de la burocracia sindical. El Frepu mayoritariamente estaba compuesto de sellos políticos y sin incidencia real en la clase obrera. Finalmente se divide por pujas electorales, como públicamente lo dijera Zamora del Mas.

El Frepu no actuó consecuentemente en los sindicatos, formándose alianzas distintas entre los dos principales partidos que lo componían. Y en algunos sindicatos desde las bases se formaron listas antiburocráticas, rompiendo con las directivas del Frepu. El Frepu desaparece tal como se formó; sin haber dejado ni conciencia, revolucionaria ni programa revolucionario ni trayectoria clasista.

PO: ¿Y la formación del Fral?

Roberto: La formación del Fral es la consecuencia de la vieja trayectoria del PC, traicionando muchas de las cosas que se dijeron en la “autocritica”. Fue la gota que rebalsó el vaso porque de esta manera se dejó trunco el trabajo de la discusión de las Tesis y lo dicho en la “autocrítica’’ de que nunca más se iba a estar atado al carro de la burguesía

Activistas de la FJC y del Frepu de Lanús proclaman: "la liberación nacional es imposible sin socialismo"

Reportaje a Hilda Caroso, Claudio Setti y Rubén Ballesteros en Lanús el día 20/6. Hilda, 27 años y Claudio 25, son jóvenes compañeros que vienen de la Federación Juvenil Comunista de Lanús y Rubén (26 años) es un activista independiente que milito en el FREPU.

P.O.: —Durante cuánto tiempo militaron en el Frepu de Villa Mauricio?

Rubén: —Aproximadamente un año. Entré al Frepu porque creía realmente en la unión de la izquierda. La base, el punto de partida, eran los 23 puntos, pero a la hora de concretar, vos veías que no querían concretar nada. Incluso me acuerdo de una reunión en que uno de los mayores opositores fue el PC, porque planteaban que los 23 puntos eran para quedarse ahí y nosotros decíamos que no. A medida que se iban incrementando las circunstancias políticas, que eran cada vez más graves, debían cambiar. A través del tiempo te das cuenta que no pasa nada y que no se cambia nada y eso porque es un mal programa; creo que todas estas consecuencias son por no partir con un programa claro. No era una herramienta para tomar el poder, era una herramienta para presentarse en las elecciones y sacar votos con la mayor cantidad de gente que no está esclarecida, porque cuando vos estás bien esclarecido tenes que darte cuenta que la definición de la lucha contra el imperialismo no sólo pasa por la liberación nacional sino pasa por el socialismo. Hoy en día es imposible una liberación nacional sin pasar por el socialismo.

Claudio: —Bueno, yo me incorporé a la Fede en el año '77, con las expectativas puestas en el aporte que podía hacer a la causa revolucionaria. Pasé por distintas experiencias que me llevaron a desilusionarme lentamente durante mis 10 años de militancia. Cuando yo me incorporé al Frente del Pueblo tenía la idea, sospechaba, que el Frepu era un acuerdo oportunista, una especie de acuerdo entre el PC y el MAS para detener su crisis interna pero, igualmente, me alentaba el hecho de la unidad de la izquierda, del amontonamiento, que es el hecho del que siempre se valen para hacer atractivo este tipo de frente, tipo bolsa de gatos. Y bueno, la experiencia del Frepu fue la misma que hicieron los compañeros.

Hilda: —Yo me incorporé a la Fede en 1983, hasta el ’87. En el PC fue muy poco lo que me enseñaron, lo mínimo como para no saber nada. Cuando empezó lo del Frepu me entusiasmó porque antes en la Fede no se podía preguntar ni quién era Trotsky, porque a mí se me ocurrió una vez preguntarlo y durante dos meses no me dieron bolilla, decían que podía ser una infiltrada, entonces cuando apareció eso de hacer la alianza con el Mas, o sea que íbamos más a la izquierda, ahora podíamos hablar con los compañeros del Mas porque antes si nosotros íbamos a hablar con los del Mas o los del P.O. nos aislaban o directamente nos expulsaban, no se podía ir con ninguna idea extraña, porque ya decían que eran agentes de la CIA, que eran todos espías, algo así...

Bueno, fui a militar al Frepu de Villa Mauricio, entendíamos que el programa del Frepu se tenía que cambiar, que esos 23 puntos no eran nada, que no servían, porque querían hacer un montón de cosas que dentro del estado capitalista eran imposibles, esos pocos 23 puntos que ni servían, dentro del estado capitalista no se podían hacer. Entonces ahí empezó la discusión de que nosotros queríamos un frente verdaderamente de izquierda, que estuviera dirigido por la clase obrera y el Partido al cual yo pertenecía fue el primero que se opuso y les discutimos desde la teoría marxista y ellos decían que Marx se había muerto, que estábamos en 1987 y que no era la misma situación y que ahora la cosa pasa por la liberación y que en el frente tienen que estar todos, que los radicales...

P.O.: —Claudio, qué significado tuvo el Frepu como herramienta política de organización de las luchas por los derechos humanos, por las reivindicaciones barriales y por expulsar a la burocracia de los sindicatos

Claudio: —Yo participé del Frente de Derechos Huma-nos de Lanús como militante de la Fede. La orientación del Partido era no profundizar las discusiones, evitar roces, no polemizar para que el frente "pueda ser accesible a todos los sectores posibles”. Era, bajo la palabra unidad, infiltrar al cafierismo cómplice del punto final. La situación del FP en el Frente de Derechos Humanos de Lanús comenzó a ‘‘descontrolarse” con la intervención del PO, que supo abrir el debate y llevarnos a evolucionar a los integrantes más honestos y comprometiendo a los aparatos, sobre todo del PC, al punto de llevarnos a concretar un programa realmente antiimperialista que terminaba rompiendo con las ilusiones de concretar nuestras reivindicaciones en el marco del Estado burgués. En este sentido comprendimos que la única forma de concretar nuestras reivindicaciones del castigo a los genocidas, de hacer respetar a los más elementales derechos humanos, era terminar con el régimen de explotación actual y reagrupar fuerzas, generando conciencia en torno a un programa realmente antiimperialista que permita a los trabajadores dirigir con su ideología la lucha del conjunto del pueblo por la auténtica liberación.

En definitiva, creo que el FP sirvió para darle oxígeno a nuevos o viejos burócratas desteñidos que pasaron a catapultarse como nuevos dirigentes para crear nuevas variantes de la burguesía, para volver a Ilusionarse en determinados grupúsculos como el caso de Villaflor y el peronismo de base, donde siempre trabajamos para con-seguirles la personería a éste o al otro grupúsculo, creando decenas de variantes nuevas de la burguesía donde siempre haya una patita más a la izquierda para sostener el estado de explotación y no afrontar la lucha antimperialista desde posiciones clasistas.

P.O.: —¿Qué les dirían a los compañeros del PC que miran al Fral con descontento?

Claudio e Hilda: —Que no se dejen engañar nuevamente, que sepan romper con los prejuicios antitrotskistas y superar el sectarismo hacia el resto de la Izquierda con que los comunistas fuimos educados. Con respecto al Fral y la política de seguidismo a la burguesía, me consta que entre las bases del PC hay una gran desconfianza hacia su dirección. Esta situación de crisis se va a ir acentuando día a día, al quedar demostrada la total incapacidad de la burguesía para dar una mínima respuesta a las necesidades más vitales. Nosotros, al igual que estos compañeros, nos incorporamos al PC tras las banderas de la revolución de octubre, pero cuando la organización abandona sus objetivos revolucionarios en descarados coqueteos con la burguesía para llegar al sostenimiento de la "democracia” de explotación, cuando se destruyen las ilusiones en la "revolucionaria renovación”, es necesario buscar nuevos caminos, descomprometerse con estos sectores que preparan cada vez una nueva traición a la causa de la revolución. Tras el vertiginoso derrumbe de las ilusiones, llamamos a los compañeros a acercarse a la propuesta y a través de ella debatir el programa del PO que es el programa de la revolución, porque sólo la doctrina de Marx y Lenin es capaz de dar respuesta a las necesidades de los trabajadores, y sólo la lucha independiente de los trabajadores hará posible la liberación de los trabajadores.

Militantes revolucionarios del PI llaman a seguir el combate

A los compañeros "Intransigentes por el Frente": "El Fral es una variante del alendismo"

Prensa Obrera entrevistó a 5 compañeros del PI que hoy son candidatos del Frente de Trabajadores. Son ellos Claudio Pedro Vallori, Jaime Lerner, Liliana Graciela Roldan, Marcelo Chico y Patricia Reinoso, quienes nos expresaron la profunda desmoralización que recorre las filas del PI como resultado del emblocamiento político de éste con el alfonsinismo y el peronismo renovador. Para salir de la desmoralización, la alternativa es el Frente de Trabajadores.

P.O.: —¿Por qué Uds. se alejan del PI?

Claudio: —Comencé a militar en el PI hace años atrás, entendiendo que era una de las herramientas para poder cambiar la realidad de explotación del campo popular.

Con el correr del tiempo vi que el PI no era lo que yo pensaba, producto de la práctica política que tenía. Fue con la burocracia en diferentes gremios, apoyando en su momento a Rodríguez en el SMATA, el que luego traicionó la lucha que llevaban a cabo los compañeros de la Ford; con Genta en Municipales, con Inés Dighian en comercio, también con muchas otras posturas no claras con la CGT en su conjunto, apoyando a Ubaldini y apoyando los 26 puntos de la CGT, todo eso me dio en la cabeza, y me mostró cómo es el PI y su táctica política. Muchos compañeros planteaban el problema del PI como problema de hombres, sin comprender que esos hombres estaban en el PI porque los avalaba un programa. Lo que nos llevaba finalmente a distanciarnos del PI era su programa, que empezó a dejar de diferenciarse del programa del alfonsinismo.

El apoyo a los burócratas sindicales no respondía al capricho de un dirigente sino al seguimiento a los programas de la burguesía, que son los planteos generales del Pl.

P.O: —¿Por qué creen que el PI se desmorona?

Jaime: —El PI se desmoronó fundamentalmente acompañando el desmoronamiento del régimen político actual. Al caerse este régimen se cae el Pl.

P.O.: —Dentro de esta crisis del PI hay desplazamiento a la derecha y a a la izquierda. A la derecha, pon el pasaje de dirigentes directamente al radicalismo, y a la izquierda con la inserción de muchos militantes del PI, de los cuales ustedes son una expresión, en agrupamientos de izquierda ¿cómo caracterizan este desplazamiento a la izquierda?

Jaime: —Nosotros hacemos una división, porque vemos que hay varias vertientes del PI aunque minoritarias que se han desplazado hacia el Fral: IDEPO, que tiene a la cabeza a Néstor Vicente; el Mir, que tiene a la cabeza a Pilin de la Vega; el FralPi que lidera Lisandro Viale y en el cuarto frente están los Militantes de la Intransigencia por el Frente.

Y diferenciamos a los tres primeros de los intransigentes por el Frente, porque tanto Vicente como De la Vega y Viale son carreristas políticos, que ahí donde ven la posibilidad, de seguir figurando se acomodan. Dentro de Intransigentes por el Frente.

Y diferenciamos a los tres primeros de los intransigentes por el Frente, porque tanto Vicente como De la Vega y Viale son carreristas políticos, que ahí donde ven la posibilidad de seguir figurando se acomodan. Dentro de los Intransigentes por el Frente hay mucha militancia de base, que consideramos que en estos momentos están confundidas, que, con la intención de amontonar, de ser muchos, se dejan de lado las discusiones más elementales de un programa político que lleve al triunfo de la revolución.

P.O.: —¿Esos militantes no se sienten representados políticamente en el Fral?

Jaime: —Esos militantes no se sienten representados en el Fral y cada día que pasa van a estar menos representados, pero no terminan de romper con el democratismo y siguen en la variable de la defensa del régimen “democrático”, en la “democracia con justicia social”, en la humanización del capitalismo, con los programas que levantan tienen una ilusión en este régimen democrático, que es el régimen que ellos no acaban de entender todavía, que es el que deja a los genocidas en la calle, el que mantiene a algunos compañeros presos en Devoto, el que hambrea a los trabajadores, el que  condena a la muerte a algunos jubilados. Les falta a estos compañeros terminar de darse cuenta que el programa que están levantando es el programa que apoya todo esto. No hay que olvidarse tampoco que el PI y todas sus vertientes firmaron en Semana Santa las actas “democráticas”, no solamente por la inclusión del tercer punto de la obediencia debida sino también el primero que planteaban la defensa de las instituciones. Se postran como todos ante el régimen político, ante el imperialismo.

P.O.: —Ahora Viale, De la Vega, Vicente, aparte de ser carreristas políticos tienen proyectos políticos, ¿Uds. cómo lo definirían?

Patricia: — Hay un hecho que es interesante remarcarlo. Antes que se aprobara el programa de 20 puntos con los renovadores, Viale había firmado una nota “Alternativa” criticando al bipartidismo. Luego, la convención nacional (que tuvo un convencional -Valentinucci- creo que fue el hombre, que dijo que los presos políticos y los desaparecidos eran todos botones, lo que produjo una gran conmoción de la militancia, pero que ese tipo sigue estando dentro del partido, no fue expulsado, eso demuestra un poco el carácter del PI), con el voto de Viale, aprobó los 20 puntos con los renovadores. Viale, luego, negó haber firmado esa nota y la dirección del PI secuestró la edición de “Alternativa”

P.O.: —¿Uds. dicen que Viale está con los Renovadores?

Marcelo: —Sí, si en su momento tenía posturas favorables a Cafiero y después es un tipo que hoy apoya el frente con el PC y el Partido Humanista, en Santa Fe, pero no critica al cafierismo, apoya los frentes donde el PI va con los renovadores, y deja abiertas las puertas para un futuro entendimiento.

P.O.: —¿Qué los lleva a Uds. ¿A integrarse a las listas del Partido Obrero y del Frente de los Trabajadores?

Liliana: —En primer lugar, el hecho de que el PI deja de ser una alternativa, como decían aquí los compañeros, para los trabajadores y el campo popular. El Fral, por su parte, sigue encasillado y esforzándose por mantener las luchas de los trabajadores dentro del estado burgués. Esto nos hace ir viendo que acá queda una sola alternativa, que es la lucha de los trabajadores por su propio gobierno, en el frente que propone el Partido Obrero

Marcelo: — Quisiera agregar que los compañeros del PI, con los que compartimos la militancia, hoy están desmoralizados, “pinchados”, retirados en sus casas, y dicen que no creen más en nada. A ellos les decimos: el Frente de Trabajadores es la alternativa para salir de la desmoralización, porque ésta, es producto de una orientación seguidista del régimen capitalista.

"Para que las bases de la izquierda no sean aisladas por sus direcciones tienen que entrar al Frente de Trabajadores"- dice Claudio Beranger, dirigente barrial del PC hasta Semana Santa.

Claudio Osvaldo Beranger fue secretario de propaganda de la zona Chacarita-Colegiales del PC hasta los acontecimientos de Semana Santa. Ahora Claudio es candidato a Concejal en las listas del Partido Obrero. En una charla con Prensa Obrera nos cuenta su experiencia.

P.O.: ¿Por qué rompes con el partido comunista e ingresas al PO?

Claudio: Milité desde el año 82 hasta Semana Santa en el PC; y luego me desafilié porque el PC no es la herramienta que yo en un momento anhelé para producir un cambio en este sistema burgués en el que vivimos; mi frustración fue muy grande al darme cuenta que era un- partido reformista que siempre fue el moño rojo de la burguesía. El acta del domingo de Pascuas es la rendición ante la “convergencia cívico militar”. La misma línea que supuestamente el PC abandonó en nombre de una autocrítica “revolucionaria” está en esa capitulación, en la firma del PC con los Cafiero, Alfonsín y Alsogaray.

Por eso, luego de los sucesos de Semana Santa y de haber observado la denuncia del PO, en ese afiche de Traición al Pueblo, comprendí que era la única opción de izquierda del país, por su consecuencia y su línea revolucionaria. Considero que es la única vanguardia revolucionaria que le queda a la clase trabajadora, y que tiende a expresarse en la propuesta del Frente de Trabajadores, por eso es muy importante el llamamiento a los militantes y otras tendencias como el PC, el MAS y el PI, para que ingresen al frente, y de esta manera no quedar aislados por su dirección y poder participar en este reagrupamiento revolucionario que se está produciendo alrededor del Frente.

Esto, producto de la conducta intachable del PO con la clase trabajadora. Si uno analiza al PO desde sus orígenes hasta el día de hoy creo que nunca ha defraudado a la clase trabajadora y a ninguno de sus afiliados. Quiero agregar que dentro del PC se expresa claramente el miedo de la dirigencia del PC a que ni siquiera en las marchas tuviésemos algún contacto con los militantes del PO, nos ordenaban formar cordones para impedir la discusión política con los compañeros del PO.

PO.: ¿Cuál sería el planteo que vos fe harías a los compañeros del PC?

Claudio: Yo lo que les planteo a los cros. de Chacarita (donde yo milité) y todos los compañeros honestos y combativos del PC, que rompan con su dirigencia reformista y burguesa del PC, que no se ha autocriticado, y si lo hizo fue para capear la crisis de su política capituladora, que asuman la herramienta del Frente propuesto por el PO, porque es una herramienta verdadera, revolucionaria que sirve para la toma del poder, y que va a enfrentar a esta política antiobrera que más que nunca el gobierno radical y sus socios “justicialistas" quieren imponerle al pueblo, cumplimiento a rajatabla las condiciones del imperialismo y de los militares reaccionarios.

Dice Blas Vega, militante del PC de Sanidad:

"El Fral es un intento de esquivar la responsabilidad histórica de un partido que se quiere llamar comunista"

Blas Vega es uno de los tantos compañeros que vino del Paraguay a trabajar a nuestro país. Fue obrero de la construcción, metalúrgico, gastronómico y, actualmente, es trabajador de Sanidad. A los 47 años, después de 17 años de militancia en el PC argentino, Blas Vega se ha integrado al trabajo del Frente de Trabajadores, del cual será también candidato. El propio Blas nos explica su decisión política.

P.O.: ¿Por qué sos candidato del Frente de los Trabajadores?

B.V.: Porque ante la agudeza del enfrentamiento actual entre el proletariado latinoamericano y el imperialismo en todos nuestros países, los trabajadores tenemos que agruparnos en un polo, en una organización clasista y revolucionaria. No hay posibilidades intermedias, paños tibios o medias tintas. Los trabajadores latinoamericanos nos encontramos en una situación de aguda polarización de la lucha de clases. Es en esta situación que debemos adoptar una posición rigurosamente clasista, y esa posición yo la encuentro representada únicamente en la propuesta del Frente de Trabajadores levantada por el Partido Obrero.

P.O.: ¿Cuál es tu balance de 17 años de militancia en el P.C.?

B.V.: En general, toda la experiencia del PC es una frustración de la clase obrera, que al parecer es irremediable. Se hacen congresos “ultrarrevolucionarios", pero en la práctica la dirección del PC no ofrece una perspectiva revolucionaria para la clase obrera argentina. Es indicativo que predominan los sectores pequeño burgueses en la dirección del PC, en todos sus escalones, especialmente los intermedios.

El último paso, el Fral, representa, desde el punto de vista del PC, un intento de diluir y esquivar la responsabilidad histórica de un partido que quiere llamarse comunista: la de crear un auténtico partido revolucionario.

El Fral significa un franco giro a la derecha por su alianza con el Partido Humanista.

P.O.: ¿Cuál es el balance de tu experiencia sindical, puesto que vos estás en un gremio dirigido por una alianza entre lo que fue el Frepu (mayoría de la Directiva) y el sector peronista de Darío Pereyra?

B.V.: La experiencia posterior a las elecciones de ATSA muestra que esta dirección es ineficaz desde el punto de vista de la lucha de clases, debido a la falta de independencia política del PC. La actitud de la dirigencia fue una frustración total para los trabajadores de ATSA, una muestra indiscutible del oportunismo y del "puestismo” a que se reduce la política del PC.

P.O.: ¿Qué perspectivas le ves al Frente de Trabajadores?

B.V.: Sinceramente, creo que es la fuerza que va a conducir al proceso revolucionario argentino en las etapas próximas, cuando la lucha de clases alcance una agudización mayor. El FT va a ser la vanguardia de los trabajadores argentinos.

P.O.: ¿Qué le dirías a los compañeros que hoy están en el PC?

B.V.: Les diría que se animen a romper con la subordinación rutinaria a una estructura burocrática y que tengan en cuenta lo siguiente: para los revolucionarios, su única fidelidad es con la revolución, no con las estructuras partidarias. Les diría que se vengan al Frente de Trabajadores.

Elsa Am, 15 años de FJC y PC dice "El F.T. es único que levanta las banderas del socialismo"

"El Fral sostiene desembozadamente una postara nacionalista burguesa"

Elsa Am, 31 años, militante de la FJC y del PC desde los 16 años, en los frentes de educación política, propaganda, secundarios, Centro, entre otros, se sumó al FT y nos responde sus razones:

P.O.: Elsa, ¿por qué no nos explicas qué te llevó a sumarte a la lucha por un Frente de Trabajadores y a impulsar la formación de Comités en su apoyo para estas elecciones?

R.: Fundamentalmente, la valoración de su postura clasista, la claridad de su planteo programático en cuanto a la caracterización del proceso revolucionario en nuestro país, o sea, la incapacidad de la burguesía nacional para llevar adelante un proyecto independiente del imperialismo y la convicción de que la única clase capaz de llevar adelante las banderas de liberación nacional y del socialismo, que es un solo movimiento, es la clase obrera.

La historia de nuestro país nos demuestra que los movimientos nacionalistas burgueses que llegaron al poder, terminan cediendo sus posturas ante el imperialismo y sus personaros locales, en la medida que la clase obrera y las masas oprimidas incrementan el nivel de sus luchas.

P.O.: Vos sos una militante comunista. ¿A partir de cuándo y qué te lleva a llegar a esas conclusiones?

R.: Mi militancia comenzó en 1972, en la FJC, en una época en que en el país se expresaba un gran avance del movimiento de masas.

Una de las tareas a que rápidamente me aboqué dentro de las filas de la FJC fue en el frente de educación política. Impulsada por mi propia necesidad de conocimiento, tengo la inquietud de organizar cursos en base a los clásicos del marxismo-leninismo. Pero no puedo llevarlo a la práctica. El planteo de la dirección para este frente era el estudio de cuatro cursos en base a diferentes informes del Secretariado del CC, y el estudio de los clásicos era dejado de lado aludiendo a su complejidad. Esto me introdujo dudas.

Pero mi primera gran desilusión política se da en 1974/75, cuando ya se caracteriza a un sector de las FF.AA. (Videla, etc.) como "lo más democrático" de las mismas. Se postulaba el Gobierno Cívico-Militar, respaldando a los partidos burgueses (Multisectorial) y a su brazo armado (sector “democrático” de las FF.AA.), cuando estos se empeñaban en aplastar las luchas obreras (Villa Constitución, Coordinadoras, etc.), únicas que hubieran permitido una salida democrática y progresiva a la crisis del gobierno peronista.

¡¡Y cuando se da el golpe más sangriento de la historia argentina se persiste en la misma caracterización y línea política!!

Y por mis críticas me separaron, calificándome de “ultraizquierdista”.

En ocasión del XVI Congreso, cuando uno de los puntos de la autocrítica era el “error de caracterización de la dictadura militar”, me acerco con nuevas expectativas, que son defraudadas, primero por la escasa discusión de las tesis que se verifican en los organismos: la aparente ambigüedad de las resoluciones, que también están presentes en los 23 puntos del Frepu, se clarifica en la práctica: acaba en la firma de las Actas Democráticas en Semana Santa y en generar un “nuevo frente”, el Fral, donde desembozadamente se sostiene una postura nacionalista burguesa.

P.O.: ¿Podes ampliar tu análisis del Fral?

R.: En el último “Que Pasa” se defiende al Fral sosteniendo que en su programa el PC no hizo ninguna concesión de principios. Si se tiene en cuenta que allí se defienden los “pactos sociales”, con el artilugio de que “no se firmarán pactos sociales que perjudiquen a los obreros”, y la radicación de capitales extranjeros, y donde se hace una defensa incondicional de las instituciones burguesas antidemocráticas (el Fral se compromete a defender las instituciones democráticas y la Constitución hasta las últimas consecuencias), es abrumadora la evidencia de que esta dirección ha abandonado por completo el marxismo - leninismo y la lucha revolucionaria.

¡Y qué descaro! En este Qué Pasa se dice que los candidatos son los gloriosos luchadores del Cordobazo, del Mendozazo, Choconazo. ¿Néstor Vicente, Lisandro Viale, los “pactantes con el cafierismo”, son esos luchadores? Lo que ocurre es que estas candidaturas y ese programa forman una sola orientación, la misma de las últimas décadas: seguidismo a la burguesía.

P.O.: ¿Y cuál es la propuesta a los compañeros?

R.: Estoy convencida de que la amplia mayoría de mis camaradas están en total desacuerdo con estas posturas.

Los convoco a generar la más amplia discusión en todos los organismos y direcciones intermedias y a formar comisiones de apoyo al FT.

En estas elecciones, y frente a la actual situación, el FT es el único que levanta las banderas del socialismo, de la lucha antiimperialista-democrática consecuente: el gobierno de los trabajadores.