Este miércoles 26 de julio, en el programa conducido por Luis Novaresio (La Nación+), Gabriel Solano, precandidato a presidente del Frente de Izquierda, fue consultado por la interna del FIT-U y se refirió a las tareas de la izquierda para la etapa por venir.

En estas Paso 2023 habrá dos listas del FIT-U. Una encabezada por Solano, integrada por el Partido Obrero y el MST, y otra por Myriam Bregman y Nicolás Del Caño, la cual está compuesta por el PTS e Izquierda Socialista.

El dirigente del PO dijo que “en el FIT-U tenemos un debate sobre qué izquierda hace falta para lo que se viene, que no va a ser positivo para el pueblo si llegara a gobernar alguno de los candidatos con más chances de ganar las elecciones”. El Frente de Izquierda se creó en 2011, en la era K, y tuvo el valor de emerger como una plataforma de organización de los trabajadores independiente de la burguesía y sus partidos políticos. La política que viene adoptando el PTS en relación al kirchnerismo atenta contra las premisas fundacionales del FIT.

“Tenemos que ser autónomos de todos los que han gobernado, obviamente de la derecha, porque nosotros somos de izquierda, pero también del kirchnerismo. A mi entender, Myriam representa a una izquierda que le hace demasiados guiños al kirchnerismo. Esto es peligroso políticamente, y también lo es por la coyuntura. Este gobierno es un fracaso y si nosotros quedamos pegados a esta experiencia fracasada vamos a caer en la volteada”, explicó Gabriel.

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Solano agregó que “a ellos (PTS) les preguntaron una vez si Cristina era o no responsable de hechos de corrupción y contestaron ‘eso no lo puedo responder’; si vos me preguntas a mí que pienso, respondo categóricamente que sí”.

Gabriel explicó que ser corrupto y ser perseguido no son cosas excluyentes. “Para mí Cristina es las dos cosas en simultáneo, que hay corrupción es evidente”, dijo. Para corroborar esto, basta con ver el enriquecimiento de Lázaro Báez, que de la mano de los K se convirtió en un gran terrateniente de la Patagonia; los bolsos de José López; los negociados turbios en el transporte que decantaron en la Masacre de Once y que involucran a Ricardo Jaime, Juan Pablo Schiavi y Julio De Vido, hombres del kirchnerismo, etcétera.

El dirigente del PO dijo que “si la izquierda no se mete en los problemas más profundos de los trabajadores y no defiende su independencia política, se asimila a los K en un cálculo electoral: ‘si Cristina se va con Massa, que es la derecha, capaz que si yo me hago un poquito kirchnerista algún voto me cae’; pero no hay que vivir de prestado, la izquierda debe construir la fuerza que va a cambiar la Argentina”.

“Sin embargo, yo no niego que haya una actitud desigual de la justicia, bajo el gobierno de Macri también hubo hechos muy graves de corrupción y no se investigan del mismo modo; es más, pienso que la corrupción K le permite a la derecha hacer una campaña demagógica con la que se presentan como honestos”, señaló Gabriel.

Solano dijo que “la izquierda argentina cometió un grave error en su historia, no pelear por un proyecto autónomo. Quiso entrar al peronismo usando el siguiente argumento: ‘como los obreros son peronistas, me hago peronista así me acerco a los obreros’. Esta experiencia terminó pariendo una izquierda peronista, mientras el obrero no se pasó al socialismo”.

Otro de los puntos que desarrolló Solano en relación a los debates que recorren al FIT-U tiene que ver con la política que la izquierda debe desarrollar para ganar a los trabajadores a la lucha por un gobierno propio y por el socialismo.

“Nosotros pensamos que la izquierda tiene que tener una gran presencia en el pueblo, en las barriadas, en lo sindicatos. Tiene que disputarle al peronismo ese terreno”, señaló Gabriel.

También manifestó que “en Argentina siempre se dijo que solo podía gobernar el peronismo, ya que maneja a la burocracia de los sindicatos (CGT) y tiene un aparato de punteros que le permite ejercer un control social. Si la izquierda no disputa a la población que labura no tiene futuro. Es una izquierda de clase media”.

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Efectivamente, toda fuerza que se reclame de izquierda y defensora de los intereses de la clase obrera tiene la obligación de intervenir en todo lugar donde se manifieste una injusticia producto de la opresión y la explotación de la clase capitalista. El PTS, por ejemplo, rechaza organizar a los desocupados en la pelea por sus reivindicaciones más inmediatas y para ganarlos a la construcción de un partido obrero que luche por el poder.

En el plano del movimiento obrero ha venido desarrollando una política divisionista y funcional a la burocracia sindical PJ-kirchnerista. Por ejemplo, en el gremio del neumático enfrentó a la lista Negra, que arrancó de las manos del pejotista Wasiejko la conducción del sindicato y lo puso a disposición de la lucha por mejoras salariales y por la unión de ocupados y desocupados; y a principios de año, el PTS votó, en la seccional de Suteba Bahía Blanca, en contra del no inicio de clases para enfrentar el ajuste del kirchnerista Axel Kicillof.

Estas son las cuestiones que el PTS rechazó discutir en un congreso del FIT-U para que los trabajadores, los jóvenes y los activistas decidan democráticamente qué orientación política tiene que adoptar la coalición para afrontar la etapa histórica que se ha abierto. A pesar de esto, el Partido Obrero y el MST hicieron un plenario, al que concurrieron más de 20.000 personas, donde se votó tanto las precandidaturas de Solano y Vilma Ripoll (precandidata a vice) como la orientación del frente.

La lista “Unidad de Izquierda y los Luchadores”, que encabeza Gabriel junto a Ripoll, pelea a fondo por organizar a los trabajadores en todos los planos y es la expresión de la izquierda que necesita la clase obrera argentina para enfrentar la ofensiva capitalista que se viene.

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