Los anuncios de Milei contra los jubilados se han concretado sin atenuantes. La Ley Ómnibus presentada en el Congreso para las extraordinarias de enero implica la liquidación del sistema jubilatorio nacional y pavimenta el camino a reinstalar las AFJP.

Un punto nodal es la suspensión de la movilidad jubilatoria y su reemplazo por actualizaciones discrecionales por decreto. Viniendo de un presidente que dice que “no hay plata” y que apuesta a ahorrarse medio punto del PBI a costa de ajustar lo destinado a haberes previsionales, queda claro que los aumentos no existirán o serán por debajo de la hiperinflación. La primera tarea del robo a los jubilados ya está en marcha.

Así, en enero y febrero la jubilación mínima quedará en $105.000, que es su verdadero valor sin el bono. El propio texto del proyecto establece que las actualizaciones serán dispuestas “atendiendo prioritariamente a los beneficiarios de más bajos ingresos”, por lo que anticipan que vamos a un achatamiento de la pirámide jubilatoria, excluyendo de los aumentos a aquellos que superan ese haber de indigencia.

La liquidación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad

El artículo 226 establece que el FGS será absorbido por el Tesoro Nacional, junto con todos los demás títulos públicos que posean organismos del Estado. El pasaje comprende todo lo que compone el Fondo: acciones de Clarín, Techint, TGS, y otras grandes empresas; activos financieros, títulos públicos, plazos fijos, obligaciones negociables, fondos comunes de inversión, fideicomisos financieros, préstamos a provincias.

Lo más relevante es que todos los bonos públicos que figuren en la cartera del FGS quedarán automáticamente saldados. Argumentando la “confusión” prevista en el Código Civil y Comercial (cuando acreedor y deudor se reúnen en un mismo patrimonio), consumarán una estafa multimillonaria contra los jubilados. Eso de que “las deudas se pagan” queda solo para los bancos, los especuladores y los fondos buitre que litigan en Nueva York.

Con esto liquidan el FGS, que se estableció en 2007 para cubrir las jubilaciones en caso de contingencia, y el Fondo de Reparación Histórica para pagar los juicios jubilatorios de quienes fueron perjudicados por los sucesivos gobiernos. Con su liquidación, se abre el camino hacia la vuelta de las cajas privadas de pensiones.

Lo cierto es que el FGS se venía usando por los diferentes gobiernos como una caja para financiarse y para subsidiar a los capitalistas. La extitular de Anses, la camporista Fernanda Raverta, se jactó de haber revalorizado los activos del Fondo, pero lo cierto es que siguió incrementando su empapelamiento con títulos públicos del Tesoro, que ahora serán borrados de un plumazo. Es la muestra de que los jubilados financian al Estado, y no al revés

A su vez, en estos años vimos que, mientras se hundían los haberes, se procedía al rescate de empresas como General Motors, los ATP durante la pandemia para pagar los sueldos en empresas privadas, el canje de bonos en dólares por bonos en pesos para que Massa cubra la fuga de divisas, entre otros destinos.

Ganar las calles

El ataque a los jubilados, y a los adultos mayores que ya no podrán jubilarse por el vaciamiento de Anses, ha sido denunciado en las movilizaciones del 20 de diciembre y en los cacerolazos posteriores. Es un punto a tomar por toda la clase obrera, y colocar en el paro convocado por la CGT para el 24 de enero que nos esforzaremos por convertir en una gran movilización de trabajadores.

Las organizaciones de jubilados vienen desarrollando un plan de lucha, e interviniendo en todas estas acciones populares. El 3 de enero marcharán al Congreso y en todo el país por la anulación del DNU y el rechazo de la ley ómnibus; no al traspaso del FGS al Tesoro; por un aumento de emergencia y una mínima de $400.000 ajustable automáticamente por inflación.

La Anses es de los jubilados y trabajadores, no del Estado y los ajustadores.