La lucha por la sucesión de Menem se ha puesto violenta.
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Las discusiones entre Pierri y Roque Fernández sobre los destinos de los fondos de la privatización del Banco Hipotecario, la reasunción de Menem como presidente del PJ o los ataques del banquero menemista Escasany contra Duhalde, son apenas la ‘espuma’ de una lucha que se dirime con muertes, expedientes judiciales, maniobras de ‘inteligencia’ y destape de corruptelas.
Así, al aparente esclarecimiento del crimen de Cabezas le siguió la ‘cama’ que Cúneo Libarona pretendió hacerle al juez Galeano, y la que le habría tendido el Side a Cúneo Libarona, para dejar ‘pegado’ a Ribelli y a la ‘junta de comisarios’ bonaerense, es decir a Duhalde, en el atentado de la Amia.
Así, al deschave de los vínculos estrechos que unen a Yabrán con la curia y a la comparencia parlamentaria del dueño de Ocasa, le siguió el ‘descubrimiento’ de la titularidad de una cuenta bancaria donde fueron a parar los millones de la estafa IBM-Banco Nación, un ex directivo del Nación, ligado estrechamente a Cavallo y a Dadone. Y a esto le siguió la acusación de Cavallo de que Menem estaba perfectamente al tanto de quiénes recibieron las coimas.
Según la prensa, Galeano y el Side tienen ‘en carpeta’ la detención de un “alto jefe policial bonaerense” implicado en el atentado de la Amia … pero que todavía no han ordenado la detención esperando el ‘momento adecuado’ para golpear a Duhalde.
A todo esto hay que agregar el ‘reavivamiento’ de los casos del asesinato del brigadier Etchegoyen, ex titular de la Aduana, y de las ventas de armas –con la casi segura sospecha de que el estallido que demolió a Río Tercero fue provocado intencionalmente para ocultar la ‘salida’ de cientos de piezas de artillería— y el enjuiciamiento del general Díaz por el encubrimiento del asesinato del soldado Carrasco, que apunta directamente a Balza –y a su superior inmediato, Menem.
Estamos en presencia de un régimen de delincuentes, cuya base social —la burguesía y el imperialismo— se ha fracturado, como lo demuestran los enfrentamientos en la cúpula de la UIA y los choques respecto de la política a seguir frente a Brasil y el Mercosur.
El choque de los grandes grupos capitalistas por el monopolio de los negocios del correo, los aeropuertos y la aduana (¡es decir, el contrabando y el lavado de dinero!), los servicios privatizados, la salud, la jubilación privada y las ART, lleva al enfrentamiento de las camarillas políticas y estatales (jueces, policías, servicios de inteligencia) asociados a ellos. Estas camarillas incluyen, claro, a la oposición, que como lo revelan el Frepaso y la UCR, se ha alineado en el bando ‘anti-Yabrán’, es decir, en el bando de Cavallo y en el de Duhalde.
La comprensión de que enfrentamos a un régimen que se hunde en el fango y en la sangre –y que en su caída pretende hundir todavía más a los trabajadores– debe servir para potenciar la lucha obrera y popular y para darle un carácter políticamente consciente.