A pesar de ser un distrito semi-rural con escasa densidad poblacional (calculada en menos de 50.000 habitantes permanentes), Exaltación de la Cruz no escapa al contexto social y económico que golpea a las masas laboriosas de toda la provincia y del país.

Las crecientes dificultades para el acceso a la propiedad de la tierra, y con ella al goce del derecho elemental a la vivienda digna, vienen empujando a las clases populares a recurrir a la toma de terrenos como única salida posible.

La pérdida acelerada del poder adquisitivo, aún de los sectores de la clase obrera con trabajo registrado, a los que se suman miles de desocupados y precarizados, con el agravante del costo de los alquileres, los requisitos insalvables para cientos de familias, configuran un cuadro social explosivo en relación a la crisis habitacional.

Los sucesivos gobiernos de las últimas décadas no han implementado ninguna política seria de construcción de viviendas populares que sea capaz de dar una solución de fondo a este problema.

En Exaltación de la Cruz, el gobierno municipal del Frente de Todos no escapa a las políticas provinciales y nacionales que desarrollan un severo ajuste para cumplir con el pacto colonial firmado con el FMI. La política habitacional del municipio se limita a la entrega en cuentagotas de planes Procrear, mientras anuncia con bombos y platillos la creación de apenas 200 lotes con servicios en uno de los tantos barrios del distrito. Claro que nadie sabe a ciencia cierta cuántas familias tienen problemas habitacionales y cuál es su real nivel de ingresos. Tampoco se sabe qué tierras pertenecen al municipio y cuáles podrían destinarse a un plan de viviendas populares.

Hay barrios enteros que se desarrollan sobre lotes ociosos y cuya urbanización se realiza anárquicamente y en gran medida por las tareas comunitarias asumidas por los propios pobladores. Pero, si bien la amenaza del desalojo no se presenta de manera inmediata y evidente, las construcciones se levantan con enorme esfuerzo pero carentes de la garantía que debería otorgar la legalización de esa propiedad y el otorgamiento de títulos a las familias que allí habitan, en la mayoría de los casos hace varias décadas.

Claro está que el municipio apenas avanza con mínimas obras en esos barrios. Carecen de los servicios básicos de luminarias, calles transitables, salas de atención médica, escuelas y jardines, entre otras cosas. Ni qué hablar de cloacas, agua potable de red, gas natural, desagües y asfalto, avances de un “desarrollo” que en pleno siglo XXI está lejos de llegar a la mayoría de los barrios del distrito.

Sobre la ruta 8, camino a Areco, a pocos kilómetros de Parada Robles, un barrio entero se levanta sobre un loteo ocioso de cuyos dueños poco se sabe. El pueblo no tiene nombre oficial, claro está, y los lugareños lo denominaron Puente Fierro.

Las viviendas se esparcen de uno y otro lado de la hoy altamente transitada ruta. Durante la pandemia los habitantes tuvieron que utilizar los métodos piqueteros, cortando la ruta, para que el municipio hiciera un puente que permitiera cruzar la ruta sin riesgo de ser atropellado y así tomar la única línea de colectivos que pasa cada una hora por la zona. Pero también para ir a la escuela, ubicada a varios kilómetros, había que cruzar de un lado al otro. Lograron con esa lucha que les hicieran un precario puente, de hierro y madera, que al poco tiempo resultó más peligroso que enfrentar a los vehículos y cruzar a pie. Recién en estos días un nuevo puente fue inaugurado. La fortuna quiso que no debiera llevar el nombre de alguna víctima fatal de la desidia estatal.

Pero el problema de la propiedad de la tierra es la mayor preocupación de la gente más consciente del lugar. Por eso se realizó una asamblea con la presencia del diputado Guillermo Kein del Partido Obrero. De conjunto se decidió impulsar un proyecto de expropiación y de urbanización del barrio que pronto será presentado en la Legislatura Provincial, cumpliendo el compromiso asumido por el legislador y por el Partido Obrero, de poner las bancas al servicio de las luchas y de los intereses de la clase obrera.

Llamamos a los pobladores de Puente Fierro y a todos los trabajadores ocupados y desocupados de Exaltación de la Cruz a sumarse a esta lucha fundamental y a exigir al municipio un plan de viviendas populares y un banco de tierras fiscales y un censo habitacional puesto bajo control de trabajadores y beneficiarios.

Por tierra para vivir, ninguna familia trabajadora sin techo!

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