Políticas

4/5/2023

La maniobra del gobierno de postergar el dato de inflación de abril no iba a ocultar su fracaso

Debió dar marcha atrás en su tentativa debido a las críticas de la opinión pública.

Marco Lavagna, director del Indec.

Nadie prevé que la inflación haya cedido en abril, por el contrario, se espera un índice aún más alto que el de marzo como resultado de la corrida cambiaria. Tal es así, que el gobierno pretendió en un momento dado aplazar la publicación del Indec para que no incidiera en el resultado de las elecciones provinciales que tendrán lugar el 14 de mayo.

Tras la polémica que desencadenó esa decisión, el oficialismo se vio forzado a desandar la maniobra y finalmente no modificará la fecha del anuncio. Este papelón refleja, por un lado, el fracaso del gobierno y del plan Massa a la hora de contener el desmadre inflacionario y, por otro, que es imposible que el tema no se cuele en el debate electoral.

En abril, además, se sumaron los efectos de la corrida cambiaria. La disparada de los dólares paralelos llevó a que muchas empresas importadoras aumentaran los precios de venta ante la incertidumbre de cuál iba a ser el tipo de cambio de referencia para reponer el stock. Lo anterior encareció toda la cadena que depende de productos o insumos importados, como es el caso de los electrodomésticos, materiales de construcción, etc. Este problema se agravará dado que el gobierno aceleró el ritmo devaluatorio.

Ahora bien, las empresas alimentarias, a pesar de no utilizar componentes importados, también remarcaron sus precios debido a las expectativas inflacionarias que genera el ensanchamiento de la brecha. Según la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (Faba), en la última semana de abril, hubo remarcaciones del orden del 12% en los precios mayoristas y del 10% en los minoristas.

A su turno, la carne tuvo un incremento promedio del 11,2%, según el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso). También hubo aumentos semanales del 9% en la yerba y del 13,3% en el arroz. Por su parte, los monopolios Danone y Coca Cola remarcaron sus precios un 32,5% en el mes. Frente a estas subas, la apertura de los libros de la cadena comercial a fin de evaluar los costos reales no forma parte de la agenda oficial.

En los supermercados, el desabastecimiento de productos incluidos en Precios Justos fue la norma. Como si faltaran motivos para decretar la ineficacia de esta política de control estatal, el gobierno a partir de ahora autorizará subas mensuales del 5% en los artículos que integran el programa, mostrando su absoluta condescendencia con los intereses patronales.

El oficialismo, incluso, reforzó la inflación de abril fijando aumentos en el transporte, la luz, el gas y el agua en función de reducir los subsidios estatales, a pedido del FMI, en perjuicio del bolsillo popular. Los aumentos de mayo en los precios regulados empeorarán la situación.

Como contrapartida, sigue vigente la pauta salarial del 60% fijada por Massa, la cual prefigura que este año los trabajadores seguirán sufriendo una pérdida real de su ingreso. Las burocracias sindicales avalan esta confiscación firmando paritarias a la baja a espalda de las bases.

Frente a la estampida inflacionaria en curso, resulta urgente luchar por la reapertura de las paritarias, un salario mínimo igual a la canasta familiar, aumentos salariales indexados a la inflación mensual y trabajo genuino.