Cuando comenzó el conflicto entre el capital agrario y el gobierno, allá por el 11 de marzo, el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, declaró que no lo unía a la Sociedad Rural “el amor, sino el espanto”. Era curioso verlo llamar ‘espanto’ a la pelea por casi 3.000 millones de dólares de ingresos sojeros.

Pero del ‘espanto’ también puede surgir el ‘amor’. Es así que Buzzi se convirtió en el primer presidente de la Federación Agraria que concurre a la apertura de la muestra anual de la Sociedad Rural: se rompió una tradición de 96 años. Se entiende que la noticia haya ganado los medios de comunicación dado que la FAA se fundó para impulsar la lucha de los arrendatarios y aparceros contra los terratenientes de la Rural.

Ahora, sin embargo, Buzzi anuncia que “la Comisión de Enlance vino para quedarse”; es decir, constituye un frente estratégico. Anunció también que la Comisión ha llegado a un acuerdo en torno a un proyecto de ley sobre arrendamientos.

La política llevada adelante por Buzzi es la expresión de la transformación operada dentro de los llamados chacareros. Por la devaluación de la moneda y el aumento de los precios internacionales se desató un boom sojero del que forman parte los chacareros capitalistas que integran la FAA. Esta es la comunidad de intereses que los ligan a los grandes propietarios y los pooles de siembra.

A la luz de esta transformación social se entiende por qué los campesinos que están siendo expulsados de su tierra denuncian a los Buzzi y los De Angeli como sus verdugos.