Políticas

28/1/2015|1348

La muerte de Nisman


Tanto Nisman como Jaime Stiusso, jefe de operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI, ex Side), fueron prohijados por el kirchnerismo como los responsables de la causa Amia. Fueron ellos quienes construyeron desde 2003 la llamada “pista iraní” del atentado basada en dudosos “indicios” provistos por enemigos del régimen iraní, la CIA y el Mossad y que jamás pudo ser probada. A pesar de ello, el kirchnerismo acompañó y alimentó entusiastamente esta operación política funcional al imperialismo norteamericano y al sionismoy, en sintonía, rubricó con la sanción de la Ley antiterrorista en 2006 y 2011. Ante la ONU los Kirchner repitieron letra por letra el dictamen de Nisman para reclamar que los iraníes acusados fueran juzgados en la Argentina.


 


El Kirchnerismo alentó, durante una década, esta pista que eliminaba de la causa toda mención e investigación respecto a la “conexión local” del atentado y, a pesar de las promesas, evitó sistemáticamente abrir los archivos de la Side y de la policía federal. Tampoco lo hace ahora con el cadáver de Nisman en el medio. El defensivo anuncio de Parrilli de “abrir los expedientes” se limitó a los nombres de los agentes mencionados en la denuncia que actuaban por fuera de la nómina de la Secretaría y que estarían vinculados directamente con el poder Ejecutivo.


 


El frustrado “Memorándum de entendimiento” con Irán fue consecuencia de una colección de fracasos. Como denunciaron el Partido Obrero, Apemia y otras organizaciones, el carácter encubridor del mismo estaba dado, en primerísimo lugar, en que oficiaba como una suerte de “punto final” a la investigación de la trama mafiosa y de la responsabilidad del Estado argentino. Aquel”giro” del gobierno K no respondió a ninguna causa antiimperialista ni mucho menos, sino que estuvo en línea con un cambio general de la situación internacional que alentaba un sector del Departamento de Estado norteamericano para explorar un acuerdo con el régimen iraní.


 


El acuerdo con Irán (y las operaciones y desplazamientos para llevarlo adelante), terminó por quebrar la ya frágil relación del gobierno con Nisman y parte de los servicios. Desde entonces, el gobierno se propuso constituir un aparato de inteligencia paralelo de la mano del jefe del Ejército, el represor César Milani y en diciembre pasado dispuso el desplazamiento de cabecillas de la SI (entre ellos Stiusso), acusados de alimentar causas judiciales en su contra y de trabajar para dirigentes de la oposición.


 


Nisman quedó atrapado en esta pestilente maraña de la que formaba parte.


 


 


El pueblo debe saber


 


El encubrimiento del atentado a la Amia (y a la embajada de Israel) ha sido un terreno de operaciones de los servicios nacionales y extranjeros permanente.Desde Menem y el juez Galeano hubo una destrucción sistemática de pruebas y armado de causas que involucrabana las fuerzas de seguridad, funcionarios e, incluso, dirigentes de las entidades judías. Todo el arco político patronal está comprometido de uno u otro modo. Vale recordar el papel del Fino Palacios, el fundador de la policía Metropolitana, procesado junto a Macri en la causa de escuchas ilegales.


Ningún esclarecimiento vendrá de la mano de quienes garantizaron la impunidad.