Políticas
27/8/2018
La Nación, en defensa de Abel Albino y sus negocios con el Estado
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En su editorial del sábado 25, titulado “Abel Albino, genuino compromiso con la infancia”, La Nación realiza un denodado esfuerzo por encumbrar al médico, frente al repudio popular a su figura desde que fue al Senado a caracterizar la legalización del aborto como un “réquiem satánico” y sostener que el preservativo no protege de la transmisión de VIH, ya que “atraviesa la porcelana”.
El objetivo explícito del artículo era el de defender los convenios de la entidad que preside Albino, Fundación Conin (Cooperativa para la Nutrición Infantil), con el Estado nacional y los provinciales, por programas de asistencia a la malnutrición y desnutrición infantil –un negocio multimillonario, que solo para la Nación supone expendios por más de 120 millones de pesos para 2018, y abarca también a la Salta del pejotista Urtubey, la Mendoza del radical Cornejo y la Misiones del renovador Passalacqua.
Para ese propósito toma la desafortunada elección de defender los ataques del señor del Opus Dei al profiláctico, que estarían respaldados “por muchos prestigiosos científicos, sexólogos y especialistas, locales y extranjeros” y “numerosos y reconocidos libros sobre microbiología”. El único nombre que puede citar es el de “Edward Green, de la Universidad de Harvard” a quien presenta como “uno de los principales referentes científicos en Sida” –una tesitura que es desmentida por el director de la Fundación Huésped y ex presidente de la Sociedad Internacional de Sida, Pedro Cahn. Nada dice la nota de que el programa de Green en Harvard fue discontinuado tras su defensa pública del Papa Benedicto XVI y su promoción de la abstinencia y la monogamia como formas de reducir la epidemia de Sida. Como marca Cahn, la efectividad del preservativo ha sido confirmada por la Organización Mundial de la Salud, Onusida, Unicef y Unesco. Las declaraciones de Albino, y ahora del editorialista de La Nación, forman parte de una campaña de la Iglesia con consecuencias criminales: como marca la Fundación de asistencia sanitaria del SIDA, el 96% de los contagios del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) durante el 2016 fueron por no usar preservativo. En el mismo sentido, el clero desenvuelve un activo boicot a la aplicación de la Educación Sexual Integral desde una perspectiva científica en las escuelas.
El artículo sostiene que “los invalorables aportes del doctor Albino a favor de la infancia son indiscutibles y de ninguna manera corresponde que se pongan en tela de juicio”. Lo cierto es que, como señala el presidente de Sociedad Argentina de Pediatría de Córdoba, Héctor Pedicino, “lo que hace [Conin] es asistencialismo y ya quedó comprobado que su método no saca a la gente de la pobreza ni mejora su salud. Es medieval y no tiene ninguna concordancia con lo que hoy se dice en la pediatría moderna” (minutouno, 26/7). En enero, cuando se conoció el nuevo convenio de Conin con Nación, la Sociedad Argentina de Pediatría recordó en un comunicado de repudio que “hemos manifestado a las autoridades de turno nuestro malestar por sus presuntas fórmulas para combatir la desnutrición y enfermedades de transmisión sexual carentes de evidencia científica y alejados de una concepción integral de la salud” (ídem). Albino recomienda para combatir la desnutrición dar a los recién nacidos leche de fórmula en lugar de leche materna, contra las indicaciones en sentido contrario, entre otras, de la Organización Mundial de Salud.
La “metodología Conin” fue expuesta en toda su brutalidad por la socióloga Camila Stimbaum, quien investigó en 2015 y 2016 el trabajo de la fundación en su centro de Los Hornos (La Plata): “a la participación en el ‘Programa de asistencia’ (la entrega de un bolsón con alimentos, que en algún momento incluyó productos de Monsanto), sigue el núcleo del proceso: el ‘Programa educativo y de promoción humana’. Se trata de ‘actividades educativas’ para mujeres y niños por separado (…) En el taller de ‘Planificación familiar natural’ (…) se enseña a las asistentes ‘las diferencias anatómicas, fisiológicas e incluso comportamentales que caracterizan a hombres y mujeres’. En uno al que asistió, se dijo, por caso, que ‘los hombres poseen ciertas características sexuales y hacen trabajos de fuerza’, mientras que las mujeres ‘poseen características sexuales diferenciadas de la de los hombres, una contextura física más pequeña y realizan otras actividades como mirar novelas, corte y confección’” (Cuarto, 30/7).
Tras el paso de Albino por el Senado, la diputada del Partido Obrero – FIT, Romina Del Plá, presentó en el Congreso Nacional un proyecto de resolución que exige al gobierno la anulación del Convenio Marco del Ministerio de Educación de la Nación con la Fundación CONIN y el inmediato cese de todo tipo de financiamiento estatal a la misma. El proyecto también insta a que se anulen los convenios que distintos gobiernos provinciales -como Salta, Misiones y Mendoza– mantienen con la Fundación CONIN y rechaza “toda tercerización de programas del Estado nacional o los estados provinciales en organismos o instituciones que se asientan en principios oscurantistas y carecen de todo sustento científico”. Del Plá denunció en la Cámara de Diputados que “detrás de una pretendida asistencia a pobres, con fondos estatales y empresariales gestionados por Albino y su fundación, se imparten prácticas y principios que agudizan los problemas sociales más acuciantes como el embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual, en crecimiento en nuestro país”.
Que este adoctrinamiento reaccionario sea financiado por Estados gobernados por Cambiemos, el PJ y otras variantes patronales revela el compromiso profundo de estos bloques con el clero –y ratifica que la reciente votación contra la legalización del aborto va mucho más allá de unos senadores retrógrados. El diario de los Mitre se afana en defender este entramado, preocupado por el creciente movimiento de lucha por la separación de la Iglesia del Estado.