La nave insignia, hundida

El gobierno nacional archivó el llamado a concurso de 220 señales de televisión digital, que había postergado en varias oportunidades. Prensa Obrera había señalado en diciembre el naufragio de la ley en la crisis capitalista.


En junio de 2011, Gabriel Mariotto -que presidía la Afsca- pontificaba: "Que Cristina Fernández haya anunciado el llamado a concurso para señales de televisión, 110 asignadas al sector privado y otras 110 a las asociaciones sin fines de lucro, es revolucionario". Pero como para acceder a los pliegos los presentantes debían abonar valores de hasta 140.000 pesos -incluso, las organizaciones sin fines de lucro- y presentar un respaldo patrimonial a planes de inversión bianuales -que para televisoras de bajo costo, cumpliendo mínimos requisitos, alcanza la suma del millón de dólares- la desconcentración idealizada acabó en un fracaso rotundo; no sólo para los medios sin fines de lucro, también para los privados.


La Afsca reconoció oficialmente que en el concurso para la creación de nuevos canales en la Capital Federal sólo se presentaron tres oferentes: Polo Channel -que pretendía crear una señal temática de ese deporte-, León Negro SA -empresa vinculada con el grupo Manzano-Vila- y Fernando Blanco, socio del Grupo Clarín y de Adrián Suar en la productora Pol-Ka (La Nación, 24/7). Es decir, se presentaron sólo la "Corpo" y la "Korpo", y los vendedores de caballos de polo. Mientras tanto, las novedades en las señales de televisión desde la sanción de la ley se limitan a la empresa Electroingeniería (360 TV), a Gerardo "Batallón 601" Martínez (Construir TV) -que las mantienen en el aire sin licencia adjudicada- y a la transferencia de C5N, de un aliado K (Hadad), a un ultra K (Cristóbal López); aunque ahora, según parece, Radio 10 vuelve a manos de Hadad.


Desmentidas


Abal Medina, sin embargo, desmintió el fracaso: ¨Había muchos interesados privados -dijo sin aclarar que fueran más de tres-, pero (…) desde el Estado le queremos dar más oportunidades al sector no comercial…". Página/12 concluye que, en el marco de lo dicho por Abal Medina, Aragón, presidente de la Afsca, recibirá a los representantes del Espacio Abierto de Televisoras Populares, Alternativas y Comunitarias.


Pero a los Verbitsky les salió el tiro por la culata. El Espacio, que continúa inscripto en el campo del apoyo "crítico" a la ley, le saltó al cuello al diario oficial: negó por completo que aquella fuera la intención del gobierno, informó que la reunión había sido pedida, precisamente, a raíz del incumplimiento de todos sus reclamos y, finalmente, agregó que Aragón no los había recibido.


La resolución del Afsca que puso fin a la convocatoria, por último, desmiente que el camino sea el que señala Abal Medina y anuncia un cambio de frente. "En el aspecto técnico se continúan adoptando medidas de reordenamiento y modificación de las atribuciones de frecuencias de la banda UHF (que usará la televisión digital) e impulsando las relativas a la coordinación internacional en el ámbito del Mercosur, con objeto de posibilitar así el ingreso de nuevos prestadores. Con idéntico objetivo (…) se analiza la factibilidad de que la incorporación de la señal en el canal digital de TV lo sea en alta definición (HD) ", y los considerandos de la resolución 929 dan largas al asunto.


A reprivatizar


La elección de la norma japonesa para la implementación de la Televisión Digital había sido realizada con el argumento de que brindaba la posibilidad de emplear un menor ancho de banda por señal y, por consiguiente, de ampliar la oferta de señales. La norma norteamericana, en cambio, propiciaba el empleo de la alta definición de interés para las señales Premium de las grandes cadenas. El interés por las frecuencias de la banda UHF no termina allí: los otros actores en disputa son las telefónicas, que pretenden su uso para la implementación del 4G en los celulares. Como oportunamente señalara Cristina Kirchner cuando las dejaba afuera, las telefónicas volverán porque "no se puede tapar el sol con las manos". La "compatibilización de intereses diversos", mentada en la resolución, lejos está de considerar la diversidad de voces. El ropaje “progresista” de la ley de medios se va cayendo; a su paso deja una pila de harapos y desnuda su carácter capitalista y decadente.