El fallo de la Corte Suprema, que reconoce la constitucionalidad del corralito y de la pesificación, deja a las claras la verdadera función de la llamada renovación de la Corte, apoyada por toda el centroizquierda, incluida IU.

Todos los analistas señalan que la resolución tiene por finalidad regimentar a los tribunales inferiores, que en muchas ocasiones hicieron lugar a los reclamos de los ahorristas confiscados.

La medida fue saludada por el gobierno y por el conjunto de los banqueros. Los segundos se beneficiaron directamente con la confiscación de los depósitos. El primero creó una deuda externa de casi 40 mil millones de dólares para rescatar el capital de los bancos. La confiscación legalizada por la Corte, hace a la esencia del gobierno Kirchner.

La movilización de los ahorristas frente a los Tribunales, contra el fallo confiscatorio de la Corte, fue repudiada por los mismos que todos los días la emprenden contra el movimiento piquetero. De hecho no faltaron comparaciones entre los ahorristas y los piqueteros.

El Partido Obrero denuncia a la Corte Suprema de Kirchner como agente de los grandes banqueros y reclama la devolución de los depósitos menores a los 100.000 dólares en su moneda original.