– Ustedes están desarrollando un proceso de organización y movilización muy importante, ¿cómo comenzaron a hacerlo?

– D.: En Córdoba nuestro salario estaba muy depreciado y el gremio no hacía nada. Movilizamos al sindicato 500 compañeros e impulsamos la firma de un petitorio por un aumento de un 30 por ciento del salario básico.

– ¿Y qué pasó?

– V.: Pasó que el secretario general del gremio firmó y se comprometió a iniciar un plan de lucha por este reclamo, pero a la semana firmó en el ministerio un aumento por el… 11,8 por ciento.

– Lo que firma con la mano lo borra con el codo…

– V.: No nos extraña, desde que está este secretario general nuestro sueldo se ha desvalorizado, los aumentos ya no son al básico sino a un salario conformado, depreciándolos en un 40 por ciento. No sólo eso, sino que han echado a un compañero que estaba participando de toda esta movida y el gremio se ha negado a parar la empresa para luchar por su reincorporación.

– ¿Cómo sigue la cosa?

– D.: Presionando a estos dirigentes no conseguimos mucho, tenemos que ganar los cuerpos de delegados y el sindicato.

La tarea es hablar con la gente, tratar de organizar a todos. Hoy votamos acá hacer una agrupación nacional, con un boletín nacional, para seguir uniéndonos y dar la pelea con más fuerza.