Políticas

27/6/2013|1274

La Plata: Doscientos jóvenes y arquitectos con Kohn y Pitrola

Primer vocal del Centro de Estudiantes de Arquitectura (UNLP)

En un aula colmada por más de doscientos estudiantes, profesores y vecinos realizamos el 19 de junio, en la Facultad de Arquitectura, una charla debate sobre el código de ordenamiento urbano, entre Alberto Sbarra, presidente del colegio de Arquitectos de la provincia de Buenos Aires, Laura Kohn, dirigente platense del Partido Obrero y candidata a concejal por el PO en el Frente de Izquierda, y Néstor Pitrola, candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.


Laura denunció el papel de las máximas autoridades de la UNLP en el encubrimiento de los responsables políticos de la tragedia. Explicó que en los últimos años la construcción creció un 1300% sin estar al servi-cio de las familias que necesitan vivienda ni tampoco de la realización de obras, infraestructura y servicios necesarios. Al mismo tiempo, destacó el encarecimiento del suelo y los alquileres, que lleva a la expulsión de los trabajadores a la periferia.


Por eso, concluyó, rechazamos el endeudamiento de la población, así como también el endeudamiento internacional de la provincia para las obras exclusivamente cosméticas. Es necesaria una nueva planificación urbana en detrimento de los especuladores.


Alberto Sbarra reflexionó respecto del vínculo entre la orientación de las sociedades y el modo de construcción de las ciudades. El desequilibrio es notorio en la provincia, donde el 40% de la población habita en el 2% del territorio. Señaló que un verdadero código urbano debería ser el instrumento para frenar el caos territorial, en el marco de un debate democrático respecto de sus lineamientos. Por último, señaló que no hay distancia ni conciencia del hecho más importante sucedido en la ciudad, la inundación del 2 de abril. Señaló que "desde la arquitectura se pueden revolucionar la arquitectura y el urbanismo pero no la sociedad".


En su intervención, Néstor Pitrola señaló que no se puede democratizar la ciudad al margen de establecer una gestión democrática de las fuerzas productivas y del suelo, es decir, de edificar una nueva sociedad sobre los escombros de la presente. Recordó su paso por Arquitectura de Córdoba, el debate de aquellos días sobre la posibilidad o no de revolucionar el urbanismo en los marcos capitalistas. Señaló que el régimen social que en estos cuarenta años sirvió a los Benito Roggio y los Techint agravó las desigualdades sociales y la anarquía urbana.


Pitrola desarrolló la íntima vinculación entre la crisis mundial y el problema inmobiliario. Recordó que la crisis de las hipotecas norteamericanas en 2007 dejó en la calle a millones de trabajadores. Argentina no está afuera del proceso mundial capitalista, como se ha expresado en el capital sojero que fomentó la especulación inmobiliaria.


Luego, destacó la confluencia de los movimientos del tipo de las asambleas populares platenses con las organizaciones obreras, como el foro hídrico de lomas de Zamora con el Sitraic. Resaltó la importancia de la elaboración de un programa en común en función de los puestos de trabajo, la inversión, la reactivación económica y las obras necesarias, algo que escapa a la burocracia sindical de los "Pata" Medina y los Gerardo Martínez.


Identificando algunos de los grandes problemas que conmocionan al país, Pitrola, mencionó la crisis del transporte, puesta de nuevo en debate después del accidente de Castelar, la quiebra energética, petrolera, el problema de la vivienda y las obras hídricas, que tienen que ver con la infraestructura nacional. Estos temas se insertan en una crisis de desinversión de características históricas, donde esa burguesía nacional, que en materia de obra pública viene desde la dictadura, se ha apropiado del presupuesto público al tiempo que consumó el mayor vaciamiento en materia de infraestructura.


También ligó la cuestión de las inundaciones a un cambio de régimen impositivo, que parta de gravar la especulación financiera, la especulación inmobiliaria, relevar y nacionalizar la tierra ociosa bajo control popular. Todas estas cuestiones -señaló- plantean una cuestión de poder, y la lucha por colocar a la izquierda revolucionaria como alternativa política.


La agitación previa y en la actividad permitió acercar nuevos activistas, vecinos de las asambleas populares, profesores y estudiantes, para discutir una salida de izquierda.